1. Después del verano


    Fecha: 19/01/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola a todos de nuevo. Aquí estoy otra vez, después del paron veraniego, a contaros las múltiples aventuras sexuales que durante la temporada me han ocurrido. Comenzaré por una que me ocurrió el 9 de julio, unos días antes de irme de campamento. No sé si recordareis a mi amigo Jonah, el marine. Un negrazo con un rabo que hace honor a su raza. Me había invitado a su casa, en la Castellana, a una fiesta de despedida. Además, tenia unos amigos de los EEUU, que le estaban visitando y quería que vieran lo ardientes que somos las españolas así que me puse unas mallas muy ceñidas negras y un top azul muy sugerente. Debajo, sólo me puse un tanga, para que no se marcara nada en las mallas. Llegué a casa de Jonah y comenzó a presentarme a sus amigos: Jim, otro negrazo, con unas espaldas más anchas que un armario; Carl, un rubio de California con unos ojazos azules que tiraban y Sam, un tejano moreno guapisimo. Todos eran muy amables y muy educados. Bebimos un poco, nos achispamos lo que pudimos y al final, acabamos sentados en el sofá hablando de los temas más peregrinos. Indudablemente, la conversación derivó hacia el tema que ellos querían: - - Vamos- les dije- que yo sé lo que queréis. - - ¿Cómo que lo que queremos? - - Vosotros queréis echar unos polvos gratis porque aquí vuestro amigo os ha dicho que él lo hace cuando quiere. Jonah sonrió débilmente mientras Carl se ruborizaba hasta las pestañas. - - Vamos Rosa- dijo Jonah- solo les he dicho que eres una chica fantástica, muy ...
    ... liberal y sin prejuicios en lo que al sexo se refiere. ¿Tu crees que te lo haríamos pasar mal? Le miré sonriendo. La verdad, es que ya estaba cachondisima. Mis pezones se marcaban una barbaridad en mi top y mi vagina se había puesto a trabajar, expulsando una humedad incipiente. Me acerqué a Carl y le dije que no se preocupara y acerqué mi boca a la suya, comenzando a besarle. Al principio, se mostraba tímido, pero cuando mi lengua se adentró en su boca, comenzó a manejarse. Deslizó su mano hasta mis tetas y comenzó a pellizcarme con fuerza un pezón a través del top. Mientras, Jonah se había levantado y metiendo los pulgares en la cintura de mis mallas, tiró de ellas hacia abajo, con la suerte de enganchar la cinturilla de mi tanga, con lo cual salieron con las mallas, dejándome mi almeja palpitante desnuda. Jonah cogió el tanga y se lo pasó a Jim. - - Mira, esto es humedad y no la de Nueva York. Y era cierto. El tanga debía de estar empapadisimo pues notaba el calor húmedo de mi flujo. Jonah se arrodilló y levantando mis muslos, comenzó a comerme el coño como él solo sabe hacerlo. Primero pasa su lengua por el clítoris y comienza a hacer círculos, muy, muy lentamente, tan lentamente que creo que me voy a volver loca cuando ya estoy en un estado cercano al paroxismo, hunde su lengua en las profundidades de mi coño y la mueve como si de una batidora se tratara. En ese momento estoy casi catatónica y ya debo de haber tenido tres o cuatro orgasmos. El útero salta dentro de mi ...
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