1. Hasta que se me hizo


    Fecha: 22/01/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Desde que Alfredo (mi amigo desde la secundaria) y yo la conocimos, supe que Elsa era la mujer de mi vida, sería mi amor para siempre. A pesar de todo, ella lo prefirió a él y no tuve más remedio que aceptarla realidad. Alfredo tiene, como yo, 35 años en la actualidad y andábamos en los 24 cuando la conocimos en una fiesta navideña donde Elsa lucía hermosa como sigue siendo, con un cuerpo muy armonioso, una cara angelical y una mirada que te conduce a lo más alto. Debo reconocer que mi físico no es para impresionar a nadie. Apenas llego al 1,70 y mi humildad económica no me permitió jamás lujos como el gimnasio o deportes que me tomaran mucho tiempo, pues desde los 12 años casi me sostengo solo, pues mi madre apenas puede con los gastos que generan mis hermanos menores y yo he tenido que trabajar de casi todo. Alfredo, en cambio, si bien no es de economía alta, su padre, médico gana lo suficiente para concederle muchos de sus caprichos, entre ellos ser jugador de futbol americano en la prepa y la universidad. Por todo ello, no fue sorprendente la decisión de Elsa, al hacer caso a las pretensiones amorosas que le hizo Alfredo y a los dos meses ya eran novios. Amigos muy queridos, Alfredo no tenía secretos para mí y pronto descubrí que Elsa era demasiada mujer para él, pero estaba profundamente enamorada de mi amigo. Sabedor de que mis oportunidades con ella eran mínimas, entre en el juego de sentir que ayudando a mi amigo a conquistarla, la conquistaba y mismo. De ese modo, ...
    ... muchas de las cartas que mi amigo "le escribió", en realidad eran de mi inspiración y también la mayoría de mis serenatas, incluyendo la selección de canciones, fueron sugeridas por mí. Inclusive, su primer sesión de amor podría decirse que fue guiada por mí, desde la manera en que él tenia que proponérselo, hasta el acondicionamiento del departamento de Alfredo, incluyendo la música ambiental y un ramo de rosas rojas colocado en el lecho donde el amor de mi vida perdería la virginidad en manos de mi mejor amigo. Como si ése no fuera suficiente tormento, todavía manipulé a Alfredo para que me contara los mínimos detalles de la manera en que desfloró a mi adorada Elsa, que incluían algunos secretos que yo le sugerí. A las pocas semanas de esa noche, Elsa y Alfredo me anunciaron que se habían comprometido en matrimonio y se casaban justo a un año de conocerse. Como es normal, su nueva vida hizo que mi amigo se alejara un poco de mí, pero más me dolía que esa separación me dejara sin ver, aunque supiera que nunca sería mía, a mi amada Elsa. Pero bien dicen que el ser buen con el prójimo le atráe a uno la bendición de Dios y así, cuando todo parecía que la vida conyugal de Alfredo y Elsa era miel sobre hojuelas, pronto ella misma me platicó sus decepciones. Y es que la había conquistado Alfredo con mis sugerencias que, él por su formación jamás habría imaginado. Así, resultó que nunca más hubo ramos de rosas, tampoco las cortesías de todo caballero con una dama, como cederle e ...
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