1. Las fantasías de Adela y Jacinto


    Fecha: 23/01/2019, Categorías: Incesto Autor: kiko, Fuente: CuentoRelatos

    Jacinto, 20 años, moreno, de ojos negros, 1.88 de estatura y atlético, llegó a casa de jugar al fútbol. Fue a su habitación y se encontró a su hermana oliendo su calzoncillo, al que había limpiado su semen la noche anterior después de haberse masturbado, y que se le había olvidado echar en la cesta de la colada. Se dio la vuelta y se metió en la ducha. Jacinto no podía quitar de la cabeza la imagen de su hermana Adela. (1.86 de estatura, morena, ojos azules. tetas y culo grandes y moldeadas caderas) con el calzoncillo en su nariz. Abrió el agua de la ducha. Con el champú que iba a echar en la cabeza se untó el amorcillado cipote. Con el bombeó de la mano lo puso tieso. Su imaginación empezó a volar... El champú era el flujo de su hermana, su mano la vagina. Bombeó más, y más, y más aprisa y explotó. Su leche, mezclándose con el agua, que era la corrida de su hermana, se fue perdiendo por el desagüe. Volvió a su habitación vestido con una toalla. Su hermana ya no estaba. Se vistió, fue a la sala, y al rato llegó Adela. Vestía la misma falda de tablas marrón, la misma camiseta blanca, apretada y las mismas zapatillas que llevaba en la habitación. -¿Ganaste? -Ganamos, 3 - 1. ¿Vas mejor? -No, la psiquiatra no me sirve de nada. -Nunca hablamos de tu problema. -Es de índole sexual, y eso no se habla con un hermano. -Yo, sí lo tuviera, lo consultaría contigo antes de consultarlo con una extraña. -No creo que me puedas ayudar. -Prueba. -¿Que dirías de alguien a quien le gusta la ...
    ... lluvia dorada? -Que hay millones de personas a las que les gusta. -¿Y de la que le gusta que la azoten? -El dolor forma parte del juego sexual. -¡Soy una perversa, Jacinto! Hace un rato olí tus calzoncillos y tuve que ir a mi habitación a masturbarme -Hay hombres a los que les gusta oler bragas usadas, y no creo que sean perversos. -Te acabo de decir que me masturbé pensando en ti. -La fantasía nos hace libres. -¿Tú serías capaz de oler mis bragas? -Quítalas. -No llevo. Las tenía mojadas. -Vete a buscarlas. Adela, ni corta ni perezosa, fue a buscar las bragas, regresó, se las dió, y Jacinto, las olió. -Huelen a chumino. Me gusta su olor. -¿Te excita? -Sí, me estoy empezando a empalmar. -Si no fueras mi hermano... -¿No decías que eres una perversa? -Y lo soy. -No se nota. -¡¿Quieres hacer realidad mis fantasías?! -¿Qué quieres que te haga? -Quiero hacer yo. -¿Qué me quieres hacer? -Para empezar, atarte, vendarte los ojos y hacerte un footjob. -Eso no es una perversión. -Lo será, puedes apostar a que lo será. Al rato, Jacinto, desnudo, estaba con las manos atadas a la espalda, con los pies atados por los tobillos y sentado en el sillón de tres plazas. Adela, le cogió el cipote, (20 centímetros) empalmado. Lo metió en la boca y le mordió el tronco. -¡Ay! Me la vas a arrancar. -¡Te la voy a comer! -la lamió de abajo arriba- Te vas a quedar sin polla, chulo putas. Jacinto estaba indefenso, indefenso y acojonado, pero su cipote con el miedo aún se puso más duro. Adela, se lo volvió a ...
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