La Oscura Medina - Relatos Eróticos

La Oscura Medina

PRÓLOGO Estas historias son una mezcla de realidad y ficción. Algunos de los personajes son reales y otros inventados, algunos hechos me han pasado en primera persona, otros jamás ocurrieron y unos pocos me gustaría que me sucediesen. En definitiva, el mundo homosexual está lleno de historias turbias, de sexo, de bonitas historias de amor, crudos relatos de abusos y sin ningún tipo de dudas, de demenciales historias que una vez sufridas, piensas: «Como me meto en estos berenjenales». Lo que busco en esta breve sucesión de relatos inconexos, es distraer al lector con historias cargadas de sexo, mucho sexo, en las que alguno puede verse reflejado, pero en las que la mayoría dudo que lo hagan. Apenas leí este libro y me gustaron los relatos asi que quise compartilos con ustedes. Desde la altura todo parece diferente. Al observar la costa norte africana, se observa la verdadera frontera física entre Marruecos y España, el Mediterráneo. Eso sí, una vez dentro del continente es imposible divisar la artificiales fronteras administrativas entre el resto de países. Hacía algo más de una hora que había salido del aeropuerto de El Prat en dirección a Marrakech, en uno de esos vuelos low cost que son tan baratos como incómodos, pero que si te las puedes arreglar sin facturar equipaje, el bolsillo te lo agradece. Desde el comienzo del vuelo estaba inmerso en una guía de viajes de la que ya había hecho uso un año atrás al viajar a Tánger y la cual estaba orientada al viajero que ...

... pretendiera visitar todo el país, desde las ciudades más cosmopolitas de Casablanca y Rabat, hasta las interiores y bonitas ciudades de Fez y Meknes, pasando por las sureñas Merzouga y Ouarzazate; pero, que dedicaba gran parte de su texto a la ciudad imperial de Marrakech. Por lo que había leído e indagado sobre esa ciudad, había lugares interesantes para visitar como la plaza Djemaa el Fna, las murallas de la Medina, la propia Medina, los jardines Majorelle, la mezquita de la Katoubia, y otros parajes cercanos a la ciudad; aunque lo que verdaderamente me llamaba la atención y me había puesto en alerta es que el 35% por la población eran jóvenes de menos de veinticinco años. Verdaderamente, este dato había creado en mí un deseo irrefrenable de visitar los lugares prohibidos de Marrakech. De repente el comandante del avión dio señales de vida: —Señoras y señores pasajeros, iniciamos la maniobra de aproximación al aeropuerto de Menara, donde en quince minutos aterrizaremos. La temperatura es de 25º C, el cielo está totalmente despejado y la hora local es 13:45 horas. La tripulación y el que les habla, desean que hayan tenido un placentero viaje… Tras pasar el pertinente control de pasaportes y cambiar mis pocos euros por dírham, salí en busca de un taxi. Había leído que los más baratos eran los petit taxi, pero rápidamente puede comprobar que no era menester buscarlos, ellos te buscaban a ti: —Italiani, italiani, bona sera… —Lo siento, soy español, perdone. —Ah, español, por favor…… Ya ...