1. Otro domingo gris


    Fecha: 27/01/2019, Categorías: Confesiones Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... crear el personaje homónimo. Las historias de Ana, por su parte, son inventadas. Mi cuento preferido de la serie Ana es el segundo, donde es obligada a pagarle al gasista, un trabajo que realizó en su departamento, con sexo. Aunque mi cuento preferido, considerando todos los que publiqué, es Madres Sacrificadas 3, ya que en ese relato logré un buen nivel de prosa, y conté una historia bien morbosa y, a mi parecer sensual. Me gusta que mis personajes pasen por situaciones límites, y que lo que suceda en el cuento marque un antes y un después en sus vidas, y en ese relato todo eso está presente. Son muchas las mujeres que me nutren a la hora de crear personajes, aunque son pocas, las que están basadas en su totalidad en una sola persona (las demás son mezcla de varias) Ana es una de ellas, y Lucía, la profesora de universidad, quien aparece en un solo cuento es otra. Lucía es una flaquita hermosa de la que estoy enamorado hace varios años. Tristemente nunca me dio bola, pero de todas formas la adoro. Quizá en algún momento escriba más cuentos sobre ella, ya que es una mujer muy sexual, y no tiene problemas en contarme sus experiencias. A veces es extraña mi cabeza. Cuando volvió de las vacaciones me contó, luego de que yo le insistiera con preguntas, que se había acostado con tres tipos diferentes: dos en los campings de Córdoba, y uno en la casa de él, ya que era un amigo que la hospedaba. No hace falta decir que se me rompió el corazón cuando me lo dijo. Pero el pornógrafo ...
    ... que llevo adentro salió a mi rescate, y en lugar de llorar por los rincones, comencé a fantasear en cómo se la habían cogido. ¿acaso lo hicieron en la carpa? ¿dónde la acabaron? ¿cuánto duraron? ¿con quién le gustó más? ¿en qué posición se la cogieron? Le hice varias de esas preguntas, pero por esta vez no quiso responderlas, quizá otro día lo haga. En otras ocasiones Lucía (que no se llama así de verdad), sí me contó detalles de algunas de sus relaciones. Una en particular será usada en mi próximo cuento. Resulta que hace un par de años se acostaba con un chico que tenía la habilidad de mantener sus erecciones por un tiempo muy prolongado: según ella, unas dos horas. Este increíble hulk del sexo, se había ganado, más de una vez, que la chica que amo, le susurre al oído “no puedo creer lo bien que cogés”. Lucía me contó que a veces, llegaba a acabar hasta cinco veces, mientras ese bestia seguía conteniendo la eyaculación. Y no era eso lo único que hacía bien: tenía un truco para el sexo oral. Chupaba una pastilla de menta (no sé de qué marca), y cuando le lamía el clítoris, de su boca salía el aliento fresco, generándole una sensación “zarpada en rica”, potenciando el placer, que ya de por sí sentía mientras se la chupaba. Y acá hay otros datos que fui recopilando a lo largo de los años: A Lucía le gusta ponerse arriba cuando coge. Le gusta que le chupen la concha. No le gusta mucho chupar vergas, pero lo hace bastante bien (varias veces se lo dijeron). Nunca hizo un trío, pero ...