1. El morbo por el culo de doña Felisa fue mi perdici


    Fecha: 01/02/2019, Categorías: Anal Sexo con Maduras Sexo Duro Autor: pepitito, Fuente: xHamster

    La Real Academia Española define como morbo, al interés malsano por personas o cosas, y también como atracción hacia acontecimientos desagradables. Pues si señores, el morbo fue el causante de mi historia con Felisa, o mejor llamada doña Felisa como la conocen en el vecindario.Previo al relato, debo confesar mi adicción a los culos. Mi atracción por las mujeres comienza por el culo. Reconozco que me enloquecen casi todos los culos, con excepción de aquellos planos o diminutos.Trataré de describir a doña Felisa para que puedan medir el tamaño de mi locura. Ella es una señora española de 62 años, estatura que no pasa de 1,60 y un peso estimado de 70 kilos. De tetas más bien pequeñas pero que no pudieron escapar a la ley de la gravedad. Su cuerpo aparece algo reducido cuando lo comparamos con su gran trasero que se lleva una buena parte de su peso, calculo que mide cuando menos 105. Lleva las arrugas relacionadas con la edad, pero no son importantes. Sorprendentemente para su edad, no tiene barriga. Su culo es fenomenal, grande pero de forma normal, es decir redondo y con las curvas del caso. Él fue sin duda el causante de la disparada de mi morbo. Aunque lo imaginaba con celulitis y algún otro defecto, mi mente se había propuesto conocer en vivo ese aparato y darle con mi verga de solterón treintañero.La verdad es que no tenía bien en claro cómo lograr mi objetivo. Yo la había conocido en el almacén del barrio. Nuestra relación no pasaba más allá de los saludos convencionales ...
    ... al principio, y charlas intrascendentes al tiempo de conocernos. Embelesado por su majestuoso culo, la empecé a halagar con frases elogiosas hacia su figura, que la veterana agradecía con sonrisas.La ocasión se dio de casualidad. Regresando a casa con mi auto reconocí a doña Felisa esperando el bus lejos de nuestro barrio. Me acerqué y le propuse regresar juntos, propuesta aceptada inmediatamente. En el viaje, luego de hablar de trivialidades, me armé de coraje y arriesgué diciéndole…… Doña Felisa, quisiera confesarle algo muy serio, pero usted debe proponerme que no lo tomará a mal ni se enojará… puedo? Prométamelo por favor.… Marcos, me intrigas con eso de la seriedad. Dime que es, y prometo no enfadarme.… Seguro? Está segura?… Pues sí hombre. Ahora me pica la curiosidad por saber de qué se trata.… Me cuesta un poco decirlo, pero ahí va. Desde hace tiempo tengo una fantasía amorosa con usted. Me encantaría tener la posibilidad de conocerla íntimamente. No sé si me entiende.… Queeeeé? Qué has dicho? Entendí muy bien que quieres tener un rollo conmigo? Estás loco muchacho, no te das cuenta que soy una mujer casada con hijos y nietos. Has pensado que puedo ser tu madre? Me has mirado bien? Lo que dices es una locura total, me pregunto si estás bien de la cabeza.… No se enoje doña Felisa, recuerde que me lo prometió, y además sepa que no estoy nada loco. Es una fantasía que me gustaría cumplir porque usted me gusta mucho y su trasero me tiene alucinado.… Pero hijo, no te das ...
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