1. MI COMPAÑERA VIUDA DE TRABAJO Y SUS GRANDES


    Fecha: 01/02/2019, Categorías: Anal Sexo con Maduras Tabú Autor: comechocho, Fuente: xHamster

    Las oficinas donde trabajábamos, estaban separadas únicamentepor un pasillo, y ya era costumbre que todas las mañanas pasara a tomarse uncafé conmigo, acomidiéndose a prepararlo y a servir dos tazas, para ella y paramí.En lo que nos deleitábamos con la espumosa y caliente taza decafé, conversábamos de nuestras cosas, en el trabajo y en el hogar. En esa formame enteré que tenía apenas un año de haber enviudado, y su esposo había muertoen un accidente de tránsito, dejándola sola, con la carga de dos jovencitas,quienes le ayudaban en las labores domésticas, aparte de estudiar, con lo queella podía tener un trabajo que, aunque no llenaba sus necesidades si le ayudabaa sostener los gastos de la casa y los estudios de las hijas.Terminábamos nuestros cafés y ella corría hacia su oficinaantes de que notaran su ausencia y se hiciera acreedora de una llamada deatención por sus escapatorias.Estos instantes en los que nos encontrábamos solos, me dabaoportunidad de admirar su figura, verdaderamente excepcional, con unas grandestetas y una cintura breve que hacía resaltar los enormes promontorios de susnalgas, grandes, redondas, que llenaban los ceñidos pantalones con los queacostumbraba vestir. Sabía lo que tenía y no era nada egoísta para enseñarlo.Cuando vestía de falda, podía admirar sus hermosas, torneadas, y fuertespiernas, además de un bello rostro, con unos ojos claros y unos labios queinvitaban al beso, cuando hablaba casi en susurros, muy sensualmente.Un día que yo andaba más ...
    ... caliente que nunca, la contemplaciónde sus encantos me había excitado sobremanera, y en un momento determinado enque ella me daba la espalda para preparar el café, no pude resistirme y le di unardiente beso en la nuca, al tiempo que mis manos atrapaban sus caderas y leponía entre la ranura de sus nalgas mi enhiesta verga, que amenazaba con romperla bragueta de los pantalones. Ella volvió su cara hacia mí y me obsequió conuna sonrisa en la que me daba a entender que eso era lo que esperaba de mí.-¡Hasta que te animas! –me dijo, coqueta. Ya empezaba a creerque no era yo lo suficientemente atractiva para gustarte, pero que bueno que tedecidiste.Y pasando sus manos sobre el pantalón, me acarició la vergay, arrodillándose, procedió a correr el cierre de la bragueta para liberar alindómito potro que salió bruscamente al encuentro de sus labios, que seapoderaron de él inmediatamente.Besando mi verga en toda su longitud, deleitándose con elolor excitante que despedía, besaba la cabeza y lo acariciaba tiernamente,lamiéndolo continuamente hasta los huevos.Después de unos diestros chupetones y unos besos de succiónen la cabeza, logró, con lo caliente que me encontraba, que le inundara la bocacon un ardiente torrente de leche, que fue absorbido por ella con delectación..Limpiándome la verga con una servilleta y guardándola, corrióel cierre de la bragueta, dando por terminada con esto la sesión.Se limpió también los labios y dando los últimos sorbos a sutaza de café, .me dijo con una sonrisa ...
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