1. Una mujer joven y hermosa para otra madura y creo aun bella


    Fecha: 01/02/2019, Categorías: Transexuales Autor: Mara, Fuente: CuentoRelatos

    La muchacha estaba súper buena, no podía dejar de mirarla, fue el martes de una semana pasada del otoño en un ciber al que voy para ver mis mails, escribir aquí, etc. Morena clara de 1.64 m de estatura, breve cinturita, tetazas, unas piernotas de campeonato y cara redonda muy típica de la mujer mexicana, con los labios pintados en marrón, las enormes pestañas naturales negrísimas igual que su cabello largo y sedoso, de manos delicadas y movimientos ultra femeninos, poseía un vestido de cuadritos rojos con negro y blanco cerrado por un largo zipper por atrás, zapatos negros de tacón bajo atados con hebillas negras. Estaba junto a mí, mientras de reojo la miraba, a veces ella hacia algún movimiento y el vestidito se alzaba y me permitía un ojazo a sus lindas y torneadas piernas ¡Qué envidia! ¡Joven, guapa, sexy! Mientras que yo ya terminando la quinta década de vida… ¡Carajo cómo se va el tiempo! Ella debió notar mis miradas porque también de reojo me miró, simulé con una estúpida cara estar muy concentrada en mi monitor. Noté que escribía algo y a veces abría una pestaña de Facebook. En cierto momento su lapicero cayó cerca de mi pie izquierdo, me agaché a recogérselo y pude echar un brevísimo vistazo a sus piernas perfectas. —¡Gracias señora! —Me dijo. —De nada linda. Luego se levantó para recoger de la impresora una hoja, me giré discretamente para verla y pude notar su silueta perfecta de mujer joven, alrededor de 18 años. ¡Que piernas madre de Dios! Pensé ¡Dichoso el ...
    ... follador de tan hermosa mujercita! Recogió su mochilita y se fue. Más tarde decidí al salir del ciber ir por un diario para mi padre que ha estado unos días en mi casa porque está un poco enfermo y vino a nuestra ciudad natal, se quedó en la casa de mamá, ella falleció hace 5 años, yo vivo sola y ahora desde el año pasado con papá ¡La volví a ver en la calle! ¡Diosa, pensé! Papá estaba recostado en la salita, a sus 89 años ya se le nota lo cansado. Cuando volví del trabajo en el bar a las 4 de la madrugada con un frío espantoso, lo fui a ver a su cuarto y parecía un bebé, nada que ver con aquel hombrón, blanco, de porte de mandamás, siempre guapo, que nos abandonó por su churry y que ahora ella lo mandó con mi medio hermano desde Tijuana porque está viejo. Papá cree aún que está de paseo conmigo en la ciudad… Pobre. En fin esto me ha complicado un poco la vida pero lo atiendo como puedo y… lo quiero a pesar de todo, ahora él me dice Julia, esto, Julia aquello, creo que ya se le olvidó que yo nací hombre y a veces no se acuerda de cosas. La casa es pequeña y Lora mi hermana, se da sus vueltas para darle de cenar, lo acompaña y se retira a su casa como a las 11 de la noche, afortunadamente vive cerca. Volviendo a la chica, la miré en la calle y después me la encontré otra vez en el ciber. —¡Hola! —La saludé. Me miró y dijo —¡Hola señora! ¿Cómo se llama? —Julieta pero me gusta que me digan Mara —¿Mara? —Sí. —¿Qué significa? —Mujer triste creo… ¿Y tú? —Perlina —¡Vaya que bonito ...
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