1. Todo por una infección de orina


    Fecha: 01/02/2019, Categorías: No Consentido Anal Autor: Siles7, Fuente: CuentoRelatos

    ... profería grandes gemidos amortiguados ante el inminente momento de su desfloración. Pero el negro tenía tal excitación que era imparable. En relativamente poco tiempo se deshizo también de su uniforme de taxista y al quitarse los calzoncillos reveló una erección grotesca que no podía ocultar más. Tenía un rabo enorme negro, de más de 20 cm y grueso como el antebrazo de la pobre Judith, en la base cubierto por una gran mata de pelo y con dos cojones enormes que colgaban. El negro le metió la mano en el conejo sin miramiento y le dio un par de amplias frotadas en su pubis, metió uno de los grandes dedos como morcillas dentro de su intimidad pero lo sacó rápido, quería remplazarlo por su gran falo impaciente. Y más aún, había notado un himen delicado dentro de esa flor. No era la primera vez que se follaba a una turista incauta y poco precavida que se había metido sola en su taxi, ni la primera sin estrenar, pero hacía bastante tiempo que no le tocaba una virgen de tan buen ver. Estaba buenísima, aunque no era capaz de calcular muy bien su edad. Tenía un precioso y cerrado coñito. Sin duda esa visión y todas las sensaciones le acompañarían durante bastante tiempo… Separó ampliamente las piernas de la extranjera para hacer sitio a su tremenda polla y se preparó para dar comienzo a la perforación de la inocente pelirroja. Era consciente lo mucho que iba a gritar la chica al recibir una desvirgación tan dolorosa, pero le traía sin cuidado porque no iban a oírles. Y el dolor, pues ...
    ... que se jodiera. La follada tenía que ser rápida, porque a pesar de estar relativamente aislados alguien podía pasar y aparcar cerca. Con una manaza separó los labios carnosos y virginales del coñito de Judith mientras con la otra cogía su potente verga y la enfilaba al interior de su sexo. Los ojos de Judith adquirían una expresión del más puro horror mientras el falo separaba físicamente sus labios vaginales y se colaba dentro de ella, en su intimidad celosamente guardada, ya comenzaba a sentirlo porque le abría por dentro, la dilataba… El negro se apresuró y no se detuvo cuando topó con el himen que impedía que el resto del gigantesco pollón entrase dentro de la hembra, así que lo rompió de una brutal estocada. La fina membranita virginal de Judith se convirtió al momento en un desgarro de sangre. Al momento, Judith se retorció literalmente de dolor y empezó a hacer aspavientos mientras las lágrimas lubricaban el trapo que le cerraba la boca; pero no por ello el negro dejó de empujar a la puta hasta que sintió que su pene encajaba dentro de la vaginita recién desvirgada. El aparato del negro estaba tan duro que eso sólo incrementaba el dolor que ella soportaba. Sus paredes vaginales apretaban con inusitada fuerza la polla negra que acababan de recibir, mientras cierta cantidad de sangre caliente emanaba de sus entrañas y le recubría el gigantesco miembro. Sintió como su grueso y caliente pollón apretaba el útero de la extranjera, y acto seguido empezó un violento movimiento ...
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