1. Quieres problemas?


    Fecha: 06/02/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... no era necesario. Mi respuesta fue pararme frente suyo, dejando a la altura de su boca mi bragueta. Ella sonrió luminosamente considerando eso como un sí, y engulló mi verga, recorriéndola con esa lengua que tiene que es mágica. Me quitó los pantalones y comenzó a comer los testículos, luego se puso mi palo en la entrada de su boca, como si sólo me fuera a mamar el glande, para luego tomarme de las nalgas e impulsar mis caderas hacia delante, metiéndose mi sexo en su boca. Así estuvo un rato. Luego me pidió que me desnudara completamente, ella hizo lo mismo. Sobre su columna vertebral, a la altura de la cintura, llevaba un tatuaje que no tenía antes, una pequeña figurita de una araña que en su bolsita gorda y negra llevaba una mancha, tal cual si fuese una viuda negra y su mancha roja fuese una araña más pequeña, posiblemente su consorte recién devorado. Me senté en el sofá y tenía mi palo muy parado, apuntando al cielo, y ella se alzó en cuclillas sobre los cojines del sillón, como si fuera una nave que tuviera que alunizar, cuidando de embonar con el abastecedor de combustible que yacía en terreno firme, y así, despacio empezó a dejarse enclavar, envolviendo mi pene en un fuego abrasador, terminando por envolverme entero, subiendo y bajando con pasión. La tomé de las nalgas y las apretaba, jugando con su vaivén, rozándole el ano de vez en cuando con mi dedo índice. Ella se ponía más y más caliente, la puse tendida sobre el borde del sillón y así empinada comencé a darle ...
    ... duro. Se corrió abundantemente, y yo, que ya estaba de punto, saqué mi palo para que el ojo de mi pene besara la entrada de su culo, y así, sin penetrarla analmente, froté mi verga en su ano, esperando que mi semen ardiente comenzara a teñirle de blanco su oscuro esfínter, y así fue, comenzó a manar mi leche, que salió primero tan violentamente que una gota de crema voló cayendo justo sobre su tatuaje nuevo, mientras que el resto de semen daba de beber a aquel culo que se retraía sediento. Esa noche se quedó a dormir en mi casa, había mentido en su casa diciendo que iría a un campamento. La follé sin tregua durante esa noche hasta que caímos dormidos uno abrazado del otro. Cuando desperté, ella ya no estaba, la luz entraba por la ventana y degustar la noche anterior me duró lo que me tardé en ver que en la mesa del comedor estaban cortadas con tijeras el par de fotos de Pandora y yo. El corte estaba hecho de tal manera que nos separaba, como si las mitades fueran la silueta de cada uno de nosotros. Me encabroné. Había sido un estúpido en guardar esas fotos, en no tirarlas de saber que Brenda volvería. Ella no atendió mis llamadas durante el día. Por la tarde se aparcó frente a mi casa el Toyota Célica. Pandora tocó el claxon y yo salí a preguntarle qué quería, "Darte problemas" contestó en una broma que me pareció de pésimo gusto. Me invitó a salir, a una sorpresa si es que tenía valor. Yo acepté en medio de un trance casi hipnótico. Ella me dijo que para que fuera sorpresa ...
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