1. Quieres problemas?


    Fecha: 06/02/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... qué chingaderas pasa aquí?- Grité. En el cine empezaron a abuchearme, "Shhh", "Cállate", "Vete a pelear a tu casa cabrón", el tipo corrió y se sentó quién sabe dónde. -¿Cómo es que te tocan las nalgas y no dices nada?- dije ya en tono casi inaudible. -No te enojes- Dijo Brenda con cinismo- Estamos parados en el fondo de la sala, pasa mucha gente, alguna de ella te rozará el culo, ni modo de hacerle pleito a todo el mundo. -Pero el tipo no te rozó el culo, te estaba metiendo mano. -¿Quién va a saber más, tu que no sé lo que viste en la oscuridad o yo que soy la dueña de las nalgas? "Ya fóllense y cállense" rugió alguien dentro del cine. Todos rieron. -Ya vez- Dijo Brenda fingiendo indignación- Me haces pasar muchas vergüenzas. Nada de esto pasaría si no te hubieras tardado tanto en el baño, ¿Qué hacías?, ¿Parías un lagarto o te pajeabas? Ya no contesté. De regreso a la casa yo iba hipócritamente indignado. A ser honestos, lo suyo era menos grave que lo que a mí me había ocurrido en el baño, pues ella seguro que no echó cuenta de quién era el toqueteador, y sólo consideró como un abuso agradable aquella magreada. No le creía su perorata, pues clarito vi la forma en que la tocaba, le ha de haber metido el dedo en el coño, y me tardé como un minuto en decir algo, además ella echó el culo un poquito para atrás. Igual no me iba a ponerme a oler los dedos de los sujetos que estuvieran en el cine. Sin embargo, me quedaba claro que entre la chica del Toyota y yo ya había algún tipo ...
    ... de obsesión. Aproveché la culpa de Brenda, quien sugirió compensar la poca falta que hubiera tenido. Nos metimos a nuestro hotel predilecto, habitación seis, como siempre, en honor a la película de "La insoportable levedad del ser" en la que se meten a la puerta seis por ser el número del amor en el Tarot, y me dio una mamada de lujo. La follé con una agresividad inusitada, su cuerpo se ponía muy caliente. Por primera vez en mi vida le solté una maldición a una mujer mientras la follaba. No es cosa del otro mundo, pero era extraordinario en mi. "Te voy a tratar como la puta que eres" fue lo que le dije, ella pareció excitarse de haber sido bautizada puta, así que casi al terminar de follar, desprendió sus caderas de mi palo y se echó sobre sus rodillas y comenzó a mamarme, su lengua se movía con el nerviosismo de una llama de un mechero muy irregular, su boca era una matriz cósmica, caliente, enervante. El incidente del baño me había excitado demasiado mis glándulas, había provocado que mi cuerpo elaborara reservas de semen para mi verga damnificada, y sin embargo ese semen no se había regado. Yo que estaba consciente que no podría dormir con semejante cargamento de leche en el cuerpo hubiera tenido que pajearme en el baño de mi casa, pero la historia se había enchuecado, y estaba aquí Brenda, mamándomela en miércoles siendo que sólo lo hacemos los fines de semana, y agitaba su mano como si no pudiese esperar más para recibir una lluvia de semen. Contra pronóstico, empezó a ...
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