1. La mesa del taller de Don Braulio


    Fecha: 22/10/2017, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    La mesa del taller de Don Braulio "Lo que no sabia en ese momento era que justamente ahí me iban a abrir de gambas para hacerme el culo". Mi nombre es Gabriela "Gaby" y les voy a relatar lo que me sucedió el año pasado en mi barrio, tenia 19 años. Resulta que a dos casas de donde vivo hay un taller en donde trabaja un hombre. Su nombre es Don Braulio y es un hombre grande, fornido y morocho, tendria unos 45 años. La verdad me calienta mucho cuando lo veo. Bueno, el taller esta en una esquina donde esta tambien la parada del colectivo, el cual siempre tomo para ir a la facultad. Estoy en segundo año de Educación Fisica y esa carrera me "obliga" a ir todos los dias en ropa muy sugestiva. Todos los dias para ir a la facultad me visto con calzas muy ajustadas, sin ninguna arruguita en la lycra, como una segunda piel, pues asi me gusta. En la parte de arriba si no hace mucho frio, alguna remera ajustada que me marcan bien mi delantera. Bueno, hablando del año pasado todas las tardes salia de mi casa con esta ropita y mi mochila algunas veces y llegaba a la parada. La puerta enorme del taller justo daba hacia la parada y hacia mi presencia por lo cual mientras Don Braulio trabajaba, creo que algo de metales, junto a otro compañero de seguro me observaba de arriba abajo, en especial mi colita al estar de espaldas. Hablando de eso, mi cola es mi mas preciado orgullo, para mi y "otros" es lo mas lindo que tengo. Yo nunca volteaba para ver si me observaban. Me gustaba esa sensación y ...
    ... el misterio. Yo solo imaginaba que si lo hacian y con eso me era suficiente. Bueno, resulta que hablando con una amiga del barrio que vivia una cuadra mas alla de una u otra cosa le comente sobre el taller y me dijo que ese tal Braulio era peligroso, que habia estado en prision, etc. Pero lo que mas me llamo la atención fue que Nadia me dijo un apodo que muy pocos sabian. Le decian "Abre Culos". Wooooww, y yo que se lo habia estado mostrando descaradamente embutido en mis calzas ajustadas. Ese comentario de mi amiga me dejo perpleja y con algo de miedo. Pero algo me hacia seguir con este "jueguito", la intriga, la calentura y el morbo me taladraban la cabeza. Ademas Don Braulio me gustaba y la decisión fue que debia seguir, ver hasta donde llegaria todo esto. Es mas, estaba pensando en hacer algunas pequeñas provocaciones pues la suma de ese apodo mas mi perfecta colita y las calzas no eran pura coincidencia, me entienden, era el destino, ¿no creen?. Pues asi empezo, recuerdo que algunos dias mientras esperaba el colectivo, siempre de espaldas al taller, me inclinaba hacia delante sin flexionar las rodillas, sacando la colita hacia fuera disimulando atarme los cordones de las zapatillas o acomodarme las polainas que estan muy de moda hoy. Otra cosa por ejemplo era hacerme la distraida y tocarme los muslos o la cola deslizandola sobre la suave tela de lycra. Todo esto siempre sin voltear, imaginando como me estaria observando Don Braulio y tal vez su compañero. Asi fue pasando ...
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