1. Embarazada de cinco meses, me alquilaron tres viejos


    Fecha: 09/02/2019, Categorías: Sexo en Grupo Sexo con Maduras Autor: MariaDream, Fuente: CuentoRelatos

    Queridos lectores, en esta ocasión os contaré una de mis experiencias en una de las etapas más queridas y especiales para mí, como fue mi época de embarazo. El destino, o quizás mi comportamiento, hicieron que quedase embarazada. Tras esto, decidí momentáneamente, y durante mi embarazo, no ejercer como prostituta, como anteriormente venía haciendo, y dedicarme a vivir con lo que había podido ahorrar hasta entonces. No me avergüenza reconocer que al vivir sola, y el haber parado mi actividad, llegó un momento en el que el dinero no era suficiente para mantenerme, por lo cual, a pesar de estar embarazada, tuve que volver a vestirme y realizar un servicio como puta, a fin de poder mantenerme. Fue esta experiencia, la única vez que me prostituí durante mi embarazo, que os cuento en esta ocasión. He de decir, que el proceso de selección del cliente con el que mantendría relaciones, fue una especie de subasta, en el sentido de que sólo acepté la mejor oferta que obtuve, por la cual recibí más dinero que lo que usualmente suelo percibir por un servicio, ya que al estar embarazada me había convertido en la fantasía de muchos hombres. Finalmente, fui contratada por un hombre de mediana edad, aproximadamente 48 años, el cual estaba acompañado por dos compañeros de trabajo. Evidentemente, yo sería la distracción después de una jornada de trabajo, y el precio fue pagado entre todos, habiéndome ingresado la cantidad antes de realizar el servicio, como yo misma exigí. La historia (Es una ...
    ... experiencia real), sucedió de la siguiente manera. Era una noche fría de invierno, y había llegado la hora de acudir a realizar el servicio. No habíamos acordado nada en particular, y simplemente me comprometí a acudir a la hora indicada y ofrecer mis servicios, en principio como camarera, y como profesional del sexo después. Me puse unos calcetines de algodón, para proteger mis pies del frío, y unas botas de invierno. Hacía demasiado frío para simplemente vestir una falda, que era lo que usualmente utilizada para follar (Ya que es fácil de subir y simplemente meterla), por lo que también vestí unas mallas de licra marrones, que protegían mis pierna. Arriba, una camiseta, también de algodón blanco, y una chaqueta de cuero. Me dispuse a acudir a la casa, para lo cual me trasladé en taxi, llegando hasta una calle céntrica en la cual los clientes habían alquilado una habitación en un hotel de calidad mediana. El apartamento se encontraba en la tercera planta. Por el camino me crucé con diversas personas allí alojadas, hasta que finalmente llegué a la puerta en la cual se encontraban los clientes, y toqué a la puerta. Esta se abrió, y al cabo de unos minutos (Tuve que esperar mucho), se abrió la puerta, encontrándome con un hombres, de mucha mayor edad que yo, de estatura mediana, y de enorme sonrisa, el cual muy educada y dulcemente me recibió. -Buenas noches, adelante pasa, no te quedes ahí, hace mucho frío fuera- Me sorprendieron las dulces y educadas palabras de éste, algo a ...
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