1. LOS VIAJES DE ALEIDITA SOLITA. 2ª. PARTE.


    Fecha: 10/02/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: sexigaleno, Fuente: SexoSinTabues

    ... ahora tomaba un camino ascendente, ya que esas nalguitas estaban cómo esculpidas a propósito en carne maciza, las cuales en un principio las frotaba muy tenue y suavemente, hasta que la excitación lo hizo apretar una de ellas a lo cual Aleidita en su sueño profundo no sentía nada de esas lascivas caricias que le propinaban en estado de inconciencia, cómo no respondía a esos tocamientos, el maestro se animó y metió su mano bajo la manta, con el fin de palpar más directo y sentir la tibieza que emanaba de esa piel, pero sorpresa que se llevó, ya que Aleidita estaba desnuda bajo la cobija, así que no hubo esfuerzo alguno, para palpar la cálida pulpa de niña en desarrollo, pero con una cola torturadora a la excitación de ese hombre, así que tocando la carne y apretando con suavidad por unos minutos, la misma mano fue bajando hasta tocar la intimidad gordita, que estaba húmeda y con algo de lubricación entre sus labiecitos vaginales, los cuales manaban muy sutilmente, ya que el dedeo que le propinaba a su partecita, hacía que más mojara su dedo violador, los cuales los olfateaba y se los llevaba a su boca varias veces. Su excitación aumentaba a medida que esas caricias no tenían rechazo alguno, se bajó su pants y su ropa interior, para poner su miembro en la zanja que divide la carne glútea a la que encima de ella y sin aplastarla, recargándose de sus antebrazos, le resbalaba su viril instrumento, hasta que encontró el orificio anal, que calientito esperaba sin resistirse a esas ...
    ... embestidas suaves, pero llenas de morbo, que sin traspasar ese ojito, por unos instantes, y así llegar a sentir ese hombre los gorditos labiecillos exteriores vulvares, de esa pequeña ninfa a la que con su mano dirigió su erecto pene y profanó su puertita delantera, pero el calor que manaba de esa parte vaginal, hizo que un torrente de semen fuera a dar en esa cuevita, que sin perforarla estaba aceptando la marea, que en chorros vertía ese maestro en disparos intermitentes, hasta que declinó su erección por inercia, se bajó de esas montañitas carnudas, para limpiar con pañuelos desechables a la dormilona Aleidita, la tapó con su manta, para dejarla seguir durmiendo, mientras él se salió a limpiarse afuera sin hacer el más mínimo ruido, se sentó en una piedra, vio su reloj y faltaban escasos minutos de ser relevado, “””para su suerte nadie vio nada de ese suceso que cometió contra la más hermosa y sensual niña primariana”””. Al día siguiente después de haberse levantado todos los alumnos, se dieron a desayunar las comidas enlatadas que llevaban, Aleidita no aparecía con ellos, por lo que una maestra fue a buscarla, pero no la encontró en la cabañita, la buscaron por los alrededores y nada de encontrarla, así que un grupo de mayores se dio a la tarea de localizarla y cerca del arroyo por donde desciende la cascada estaba dándose un baño solita en ese riachuelo, por lo que, la esperaron para llevarla con los demás niños y desayunara, ya que irían todos a una pirámides cercanas, ...
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