1. Tios juguetones y sobrino gay


    Fecha: 12/02/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... - Veni pues, que estamos pasando muy bien Lentamente entra a la habitación y cierra la puerta, cuidadosamente se quita la camisa y los pantalones, queda en boxers con tremenda erección, yo me le acerco y empiezo a acariciarle la pija, el se acerca y comienza a besarme, me siento extasiado. Saca la pija del boxer y me hace mamarsela, entonces Venancio se pone a su lado y me pone la pija en la cara, comienzo a mamarles a ambos, ellos se miran y se besan, quedo aún más sorprendido. Entonces mi tío Venancio vuelve a acostarse en la cama, me estira para que yo se la siga mamando y me pongo de cuatro para hacerlo, mientras mi tio Dani comienza a darme un beso negro profundo, siento como su lengua acaricia mi ano, y comienza a meter sus dedos, uno por uno, luego de un rato de estar así me ensarta su pija asi nada más, sin protección ni nada, como estaba ya bien dilatado no tenía problemas, sigo mamando a Venancio, el placer es extremo. Comienza a cogerme duro Dani acariciandome toda la espalda, Venancio comienza a coger ...
    ... practicamente mi boca, es un sueño. Siento como Dani se corre en mi culo y pega un grito de placer, una vez que sale de mi cuerpo se intercambian los roles, Venancio se prepara y me inserta su pene en el ano lentamente, me toma del pecho con sus brazos y empieza a cogerme de cuatro, Dani se coloca donde estaba el, para que yo comienze a limpiar el semen que tiene en su pija, la meto a mi boca y comienzo a limpiar. Despues de un rato Venancio aumenta el ritmo y me coge aun más rapido, hasta que de nuevo siento como su exquisito pene larga en mi colon, ese liquido caliente esta en mi interior, Venancio se tumba sobre mi espalda completamente sudado, estamos todos cansados. Sale de mi cuerpo y se dirige a la ducha no sin antes darme un beso con lengua incluida, entonces, una vez el fuera me subo sobre Dani, y comienzo a besarle mientras el me toma con sus dos grandes y fuertes brazos, acariciandome la espalda y luego agarrando fuertemente mis nalgas. Una experiencia única, que valdría todo el oro del mundo repetir unas cien veces. 
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