1. El Circo


    Fecha: 14/02/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: mariacristina, Fuente: SexoSinTabues

    Bueno, esto me pasó cuando recién comenzaba a salir del cascarón… ¡y cómo! Fuimos con mis padres a una ciudad del interior donde viven mis tíos y al día siguiente de llegar, nos propusieron ir a un circo que ofrecía las últimas funciones ese fin de semana. Finalmente, sólo iríamos mi hermanito menor y yo, con la tía, porque mis padres decidieron aceptar otra invitación para ir a cenar a casa de otros parientes de mi madre, en el mismo pueblo. Feliz de comenzar a disfrutar de las vacaciones del Cole, me imaginaba cómo sería el circo, la arena, los payasos, los animales.. pensando sólo en eso, me puse una falda suelta pero algo larga –no me permitían aún usar mini- de una tela de algodón liviana, le dicen bambula o algo así, de color marrón claro y una blusa mangas cortas color beige, a tono con la pollera. Recuerdo que iniciaba el verano y hacía bastante calor. Al llegar, ya estaba obscuro y ante la boletería se agolpaba mucha gente y como la tía no quería que nos separásemos por temor a que nos perdiéramos entre la gente, hizo pasar a mi hermanito –entonces de 8 años- delante de ella y yo a su costado, algo atrás porque había un sendero estrecho con caños a los costados hasta llegar a la boletería. Por eso quedé detrás de la tía y entre empujones de la gente, sentí que algo me venía rozando las nalgas y quedé expectante, porque al momento lo sentí con más nitidez. Tímidamente intenté mirar con disimulo hacia atrás.. lo que recuerdo era que se me venía pegando a mis nalgas un ...
    ... hombre mucho más alto que yo –mi cabeza apenas le llegaría al pecho- y con un quepis obscuro, bien pegado a mí mientras me manoseaba las nalgas. Como era corpulento, me dio la impresión que cubría todo el pasillo y recuerdo que lo primero que pensé fue: “es un hombre… es grande, nadie me verá de hacia atrás, porque era una persona ancha de cuerpo”. Para entonces sentí como dos empujones más fuertes y algo que se mantenía oprimiendo una nalga y luego del segundo empujón, se fue corriendo hacia el medio. Yo era bajita, menuda, ni habré tenido los 1,60 de ahora pero ya comenzaba a tener las nalgas levantadas y las compas me decían que las tenía en forma de pera, como un poco separadas pero turgentes. Como la cintura la tengo muy estrecha, pude sentir después una mano que me pareció enorme porque me cubría desde las costillas hasta el hueso de la cadera y como que pareció sostenerme o que se apoyaba casualmente, entre un empujón y otro de la gente. Para entonces ya nos acercábamos a la ventanilla de la boletería y allí sentí como que me estiraban hacia atrás, dos manos apoyadas en mis caderas. suavemente al principio pero luego más firmemente y al mismo tiempo, me pareció notar que algo se introducía entre mis nalgas con más fuerza… pero por debajo de la pollera. Comencé a entender más claramente lo que me estaba pasando y mi primera reacción recuerdo que fue mirar hacia los costados, para percatarme de si alguien me observaba. Pero todos estaban hacinados a la vera del caminero, ...
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