1. LA VIDA DE UNA GOZADORA. 1


    Fecha: 15/02/2019, Categorías: Fetichismo Sexo con Maduras Autor: Livido, Fuente: xHamster

    Tengo 46 años, soy una hembra feliz e independiente, soltera por opción, que vive con su madre de 81 en un apartamento de Montevideo. He transitado mi vida con mucha dualidad, por un lado los compromisos laborales y de una familia tradicional y patricia.Por el otro lado, la hembra que habita dentro de mí, lo que siento en el alma y el cuerpo. Disimulo con los buenos modales, la pollera a la rodilla, o un vaquero dos talles más grandes, con el maquillaje liviano, la blusa abrochada para disimular los senos y el tapado largo. Profesional correcta y eficiente.Me borro en el pelo atado o con un moño o una tiara, caminando como una dama, una ejecutiva, colgada del hombro la cartera, de bolsa y portafolio. Dama burguesa educada y seria y así voy por la vida con una sonrisa entre fingida y tímida tratando de disimular lo que soy, una simple hembra en celo.Ese otro mundo de voluptuosidad y de fogosidad que me llama como el monte a la cabra, y me acecha y me acongoja, esa necesidad de atraer, de incitar y ser apetecida. Una buscona.Así voy por la vida y íntimamente, muy adentro la tanga lacera encajada en la vulva, y tengo que pensar para no soltarme y caminar contorneando mis ancas, exhibiéndome lesiva e impúdica a todo el que pasa por mi lado, como con un cartel en la frente diciendo – Quiero placer -.Que no daría por desabotonarme tres o cuatro ojales de mi blusa para que la parte social de los senos descarrilen generosas hasta casi la aureola de los pezones, rosados y turgentes ...
    ... se pongan picantes y felices de roce de las miradas, por subir la falda a los muslos y soltarme el pelo.Que no hago para encubrir la descarga de deseo que me estremece cada vez que me azota el alma un piropo susurrado al pasar o una grosería esputada a la cara con violencia y me producen un goce que me ponen la piel de gallina y me encrespa los ovarios, y el apetito me persigue y me atina en cada esquina. Esas dos dimensiones se tocan y comparten mi accionar, la dama burguesa y la puta que escondo.Los viernes por la noche, cambio mi vestimenta y actitud, - que putesch dice mi madre – cuando me ve salir provocativa, con mucho maquillaje y poca ropa y sabe que no volveré hasta el otro dia. Los fines de semana me voy a un balneario cerca de Montevideo donde tengo una casita. Este es mi otro mundo, con mi amiga Leticia mi confidente y tan puta como yo, algunas otras que hemos hecho por la zona y amigos de placer.Me muero cuando soy la otra, como no responder a la ojeada lasciva de un veterano que te desea y mide el placer que le darías con la vara de sus codicias y no morir por sucumbir a sus pijazos, o del joven casi niño que te contempla y se babea como si fueras el centro del universo y sueña en sueños masturbantes con poseerte en secreto, y tu piezas – ven bebito que mama te enseña a gozar –Como no desear arrodillarme sumisa ante ese macho que se me insinúa sin disimulo y rogarle que me deje sacarle su leche caliente, que la necesito para poder respirar y ser dueña de sus ...
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