1. La abuela no quiere dormir sola


    Fecha: 15/02/2019, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Fredy Gomez, Fuente: CuentoRelatos

    Lo que les cuento a continuación pasó a mediados del 2017. Yo tenía 50 años, soy el nieto mayor de mi abuelo que tiene 90 años quien por aquellos días, descuido un resfriado y se enfermó al punto que lo hospitalizaron unos días y toda la familia se unió en torno a esta situación. Yo vivo en otra ciudad, así que viajé y al llegar a la ciudad donde viven los abuelos, me quedé a dormir precisamente en casa de ellos, pues al vivir solos, tienen un par de cuartos disponibles. Pasados dos días, convencemos a la abuela que permita a una tía quedarse por la noche acompañando al viejo y que ella vaya a descansar a la casa (hasta ese momento, no había salido del hospital, acompañando al abuelo). Yo la llevé y para bajarle la angustia a la viejita (tiene 83 años), nos pusimos a hablar de otras cosas. Le conté como me estaba yendo en el trabajo, que gracias a la tecnología podía trabajar de forma remota, de la familia, de los hijos, le pregunté de su vida, de mis tíos y tías, y así fue pasando la noche, hicimos algo de comer, luego nos sentamos a tomarnos una copa de vino antes de ir a dormir, y ahí los temas cambiaron, hablamos de todo un poco, hasta me contó que mi abuelo ya no era el mismo, que estaba muy lento, que casi no hablaba y que a pesar de vivir juntos, ella se sentía muy sola (y es muy lógico, pues es una mujer bajita, delgada, buena conversadora y muy activa a pesar de sus años), entre tantos temas y con la franqueza que estábamos hablando, llegamos a temas íntimos, al ...
    ... punto que me atreví a preguntarle algo que me inquietaba: ¿Abuela, hasta qué edad se sienten deseos sexuales? Ella me miró, se sonrió y me dijo: “Ay mijo, cuando se me quiten, le cuento…”, nos reímos y seguimos hablando de cosas triviales hasta que ya eran las 9:30 de la noche y decidimos que era hora de irnos a dormir. Mi abuela fue a darse una ducha y salió con una bata de dormir enteriza que le llegaba justo abajo de las rodillas y arriba tenía tres botones. Al salir ella, yo hice lo mismo, pero al no haber llevado pijama, salí de la ducha en bóxer con la toalla amarrada a la cintura. Mi abuela se estaba tomando una aromática con un par de pastillas calmantes, que le había recetado el médico para que descansara mejor y no se fuera a enfermar por la angustia y me dijo: “¿Mijo, a usted le molestaría acostarse a dormir en mi cuarto?, es que llevo tantos años durmiendo en pareja, que ya no me acuerdo cuando fue la última vez que dormí sola y no sé, si pueda hacerlo.” Yo le respondí: “Abuela, si no le molesta que duerma en bóxer no tengo problema, porque no traje pijama”. A lo cual ella no le vio problema. Y a los pocos minutos estábamos acostados en la misma cama. Una cama amplia de 1.60 m. Ella a un lado y yo al otro. Mientras me cogía el sueño, me puse a leer en el Smartphone y busqué “relatos con mi abuela”, y encontré un texto interesante que me calentó muchísimo. Ella, mi abuela se durmió pronto y la respiración se fue poniendo más pausada. No mucho después, ya roncaba ...
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