1. Nuestras vacaciones en el Caribe


    Fecha: 23/10/2017, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    VACACIONES EN EL CARIBE Recientemente, mi esposa y yo nos fuimos de vacaciones por el Caribe, con el fin de celebrar nuestro aniversario de bodas. Así que nos embarcamos a divertirnos como hacía muchos años no lo hacíamos. Estuvimos en varias islas, casi todas visitadas por turistas y parejas como nosotros con ganas de descansar y divertirse. Con lujosos hoteles, restaurantes, discotecas, casinos, playas hermosas, etc. Fue la oportunidad para mi esposa de desinhibirse totalmente. Se llama Sofía y a sus 28 años se conserva muy bien, mide 1,65 mt, de cintura delgada, cabello liso y corto, pechos medianos y erguidos, rostro hermoso de ojos color miel y labios muy sensuales y provocativos. Se vestía muy sexy con vestidos ajustados y cortos, mostrando sus atributos más de la cuenta. En la playa y la piscina levantaba miradas, cada vez que pasaba, ya que para la oportunidad, se compró unas tangas con hilo dental tan diminutas, que hasta tuvo que depilarse casi totalmente, dejando sólo una pequeña hilera de vellos sobre su rajita. Aprovechaba el sol para broncearse y de vez en cuando se soltaba la parte superior de su tanga dejando ver sus hermosos senos. La verdad es que a través de los años de casados, nunca la había visto tan lanzada., pero eso no me disgustaba. Aquello me daba cierto morbo al ver la mirada deseosa de otros hombres sobre su semidesnudo cuerpo y cuando estaba sola, algunos hasta le decían piropos. A ella no le molestaba la cosa y al contrario parecía gustarle ...
    ... mucho. En una de esos descansos en la piscina entabló amistad con una pareja y cuando yo llegué, me los presentó. El tipo era un moreno espigado, de porte atlético y unos 35 años. Se llamaba Joseph y nos comentó que eran de Aruba y con su esposa Isabella, se encontraban en viaje de negocios, pero también habían sacado un rato para descansar. Mientras hablábamos, no dejaba de mirar a mi esposa, tratando en lo posible de adivinar lo poco que ella tapaba bajo su tanga. Ella parecía entenderlo y con movimientos eróticos se acomodaba en la silla de la piscina, para darle cierto picante a la situación. Yo tampoco me quedé atrás y observando de reojo a Isabella, noté lo buena que estaba. Era una preciosa morena de cabello negro rizado, ojos muy negros y cuerpo casi perfecto. Terminaron invitándonos a salir a bailar esa noche y nos pusimos de acuerdo para vernos allá. Al anochecer, nos arreglamos para salir a divertirnos. Me duché y me estaba vistiendo, cuando Sofía, mi esposa, entró a bañarse. Al salir de la ducha, la observé a través de la puerta entreabierta. Empezó a ponerse un diminuto hilo dental semitransparente por el frente, que dejaba ver su pubis recortadito, acomodándose el fino hilito entre sus nalgas. Luego se vistió con un traje corto de color blanco, muy descotado, sin brassier, de espalda destapada y apretado en las nalgas, donde se marcaba claramente, el panty. Se peinó y se maquilló resaltando sus sensuales labios con un rojo intenso. Se veía tan deseable, que hasta me ...
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