1. Cambio en el portal


    Fecha: 17/02/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    A principio del verano vino un nuevo vecino a nuestro portal, era un chico que había heredado el piso de su abuela, doña Consuelo, una mujer mayor bendecida por la fortuna de la lotería y que había decidido, con muy buen criterio, disfrutar de sus últimos años de vida conociendo los lugares que soñó desde sus libros de viajes. La llegada de Oscar a la comunidad fue pasto de cuchicheos durante varios días entre los vecinos del portal, los cuales temían que el nuevo inquilino, debido a su juventud, alterara de alguna manera la normalidad en una comunidad demasiado tranquila, así que, en mi condición de presidente, me obligaron a comprometerme a mantener una charla con el joven con el fin de comunicarle las inquietudes de los vecinos. Decidí dejar pasar un par de semanas para mi encuentro con el muchacho, pues supuse que tendría el trabajo propio de una mudanza y no tendría ganas de recibir visitas molestas. Mientras dejaba pasar el tiempo, coincidí con Oscar en un par de ocasiones. La primera vez él entraba en su casa y yo salía, olvide decir que éramos vecinos contiguos, y nada mas acertamos a presentarnos brevemente y le comuniqué mi intención de visitarle un día a lo que accedió encantado. Pero fue la segunda vez que coincidí con él cuando mi visión hacia el cambio radicalmente y al tiempo, también mi vida. Lo que hasta el momento era la misma indiferencia que mostraba hacia todos mis vecinos se transformó en una curiosidad irrefrenable hacia la figura de Oscar que crecía ...
    ... día a día. En aquélla segunda ocasión, coincidí con Oscar en las cercanías del vestíbulo de nuestro edificio, él avanzaba unos metros delante de mi y dedique le trayecto hasta el portal para observarle detenidamente. Oscar vestía unos shorts ajustadísimos, una camiseta de algodón y zapatillas de deporte, caminaba dulcemente, como si no pisara el suelo y fuera flotando a unos centímetros del firme, al fijarme en sus piernas, me di cuenta de que no tenía nada de vello y tampoco en sus brazos haciéndome dudar si se depilaba o era consecuencia de su insultante juventud y aun estaba padeciendo los cambios que en toda persona provoca la adolescencia. Tenía un cuerpo menudo y andrógino, cuya perfecta armonía terminaba de adornar una media melena castaña de brillo y belleza inusual. Toda esa visión se reflejo en una excitación que comenzaba a notarse en mi bragueta, aquel muchacho me atraía irresistiblemente. Acelere un poco la marcha para acercarme más a Oscar y fue cuando definitivamente comenzó mi perdición por llamarlo de alguna manera. Mis ojos no podían apartar la mirada del culito respingon del muchacho y mi pene logro su máxima erección cuando me pareció intuir que por debajo de sus shorts se marcaba el encaje de una tanguita que se intuía preciosa, lo cual me llevo a la sospecha de que tuviese algún conato con el mundo del travestismo, el cual siempre me había atraído. Le alcancé al legar al soportal y cortésmente le saludé: El ascensor llego a nuestro piso y Oscar me dijo: ...
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