1. Mi hermana y yo violadas por mi culpa


    Fecha: 19/02/2019, Categorías: No Consentido Sexo con Maduras Autor: Lucia0117, Fuente: CuentoRelatos

    Mi hermana mayor se llama Sandra, tiene 22 años ella es muy guapa; tiene el cabello rubio cenizo y largo a media espalda; su cuerpo es muy bonito, mide 1.68 mts. Medidas 93-62-91. Su cara es muy bonita, de piel blanca, ojos azul claro y es seguida por muchos admiradores. Tenía un apodo que la describía muy bien: Le decían Swandra en un juego de palabras con su nombre, swan por cisne en inglés, lo que describía su belleza. Yo por otra parte tengo 18 años, soy más bajita, mido 1.64 mts, tengo cabello castaño claro, también largo y soy delgada, mis medidas son 87-58-88. Soy de piel morena, ojos color miel y dicen que mi sonrisa es encantadora. En fin, que ambas siempre hemos sido guapas y asediadas por varios pretendientes y continuamente estamos en competencia en todo. Hace unos días ocurrió lo que estoy a punto de contar. Ese día estábamos las dos solas en casa de mis Padres, una casa de un solo piso con dos recámaras; la principal para mis papás y la otra compartida por nosotras dos, sala, comedor, cocina, dos baños y un medio baño. Teníamos un pequeño patio al frente con un jardín que cuidaba mi Madre. En la parte posterior había un patio más pequeño. Mis dos papás trabajaban y llegaban bastante tarde a la casa; por lo que mi hermana y yo normalmente estábamos solas toda la tarde y a veces nos dormíamos sin que ellos hubieran llegado; Sandra llegaba de la Universidad y yo del colegio, a veces una primero y la otra después o al revés y hubo ocasiones en que prácticamente ...
    ... llegábamos juntas. Comíamos juntas si estábamos de buenas, si estábamos peleadas no; a veces ni nos hablábamos y a veces éramos las mejores confidentes y amigas. Recuerdo muy bien ese día; después de la escuela me fui con mis amigas a tomar una malteada, por lo que tardé un poco más en llegar a casa. Eran como las 3:15 p.m. cuando iba llegando. Al abrir la pequeña cerca que separaba nuestro jardín de la calle, se me acercó un señor como de unos 60 años, alto (aproximadamente 1.85 mts.), medio calvo, fornido panzón y un poco pasado de peso; con barba de candado y peinado con el poco cabello aplastado. Vestía un traje de muy buena calidad y traía un portafolio ejecutivo. Amigablemente me saludó y me dijo: - Hola niña, ¿está tu Papá en casa? - El tipo se veía buena gente y me inspiró confianza, por lo que sin pensarlo le contesté: “No” - Ah, ok, ¿y tu Mamá?, preguntó el de nuevo - “No, tampoco”, volví a responder. - Ah que barbaridad, dijo con aire como de preocupación, ¿No hay alguien más en tu casa?, o estás sola? - Bueno, Déjeme ver si está mi hermana. - ¿Ah sí? ¿Qué edad tiene? - 22 - ¿Y tú? - 18 - Perfecto, dile que si puedo hablar con ella, dile que soy el profesor de la facultad de la universidad, y no sé si de paso pudieras regalarme por favor un vaso con agua, porque este calor está durísimo. - Está bien, sígame le dije, abriendo la reja sin ninguna preocupación mientras pensaba: “pobre hombre, con este calor y de traje ha de estar asándose”, pues si se veía cansado y ...
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