1. El estigma (2)


    Fecha: 19/02/2019, Categorías: Incesto Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    EL ALMA SE SERENA Cuando Elena se quedó más tranquila, tras cortar la llamada telefónica, se volvió hacia el durmiente, contemplándole arrobada y largamente una vez más. Entonces era inmensamente feliz; como nunca antes lo fuera. El la amaba; la amaba prácticamente desde siempre y ella le amaba desde siempre, sin el prácticamente. Arrimó aún más su hombre a su casi desnudo cuerpo, pues de la raída camisa que se pusiera y no la tapaba sino hasta poco más allá del pubis, a esas alturas de la noche apenas si quedaba nada, acurrucándose cuanto pudo contra ese amado cuerpo. Así, su mente divagó hacia el futuro. Lo que tenía entonces más claro que el agua es que nunca más se separaría de él. Que vivirían juntos, en pareja conyugal, mientras en ambos alentara un soplo de vida. ¿Dónde? Estaba también claro que sería donde él residía. Su trabajo le ataba allí irremisiblemente. Pero el caso de ella era distinto. Cierto que la librería la tenía allí, donde vivía junto a sus padres, pero eso no significaba que no pudiera abrir otra librería donde Víctor debía estar. Disponía de un buen equipo de colaboradores, pues eso eran más que empleados, y para todos ellos la librería era cosa tan propia como para ella misma, pues entre todos la sacaron adelante y llevaban el negocio en sus propias venas. Sí, la librería saldría adelante sin exigir su cotidiana presencia, y abrir una más sólo significaría expandir su negocio de librería-editorial. Incluso podría llevarse con ella alguno de sus ...
    ... buenos colaboradores. Y desde esa perspectiva su mente voló más lejos. Para empezar, la prole se ampliaría al menos en un vástago más; eso sí, concebido de manera menos original que la actual hija en común. A la antigua usanza vamos, recibiendo su vagina el semen fertilizante directamente de origen, con lo que, seguro, resultaría mucho más gratificante la inseminación. Aunque, a decir verdad, uno más desde luego que se le iba a hacer corto, insuficiente. Tampoco significaba la cosa que ella deseara resultar una “coneja paridora”, pero se dice que no hay dos sin tres, ni, seguramente, que tres sin cuatro... ¡O quién sabe sin cuantos! Bueno, a lo que no creía estar muy dispuesta era a rebasar la media docena… Aunque… Bueno, mejor no pensar ahora en tales “records”, casi dignos de un “Guiness”. Volvió su mente a sus padres, preguntándose cómo tomarían eso de que a su hija se le multiplicaran casi a destajo los hijos de “Padre Desconocido”. Que la tomaran por una “pilingui” más bien que no, aunque puede que sí por algo peor en opinión de ellos, pues su convivencia con Víctor todo ese tiempo seguro que se haría sospechosa. Y cualquiera sabe para cuántos conocidos más. Pero bueno, ese sería el problema de los demás, no de ellos dos, Víctor y ella misma… Estas elucubraciones y visiones del próximo futuro llegaron a su fin cuando empezó a pensar que había posturas más apetecibles con las que acogerse al ser querido. Y sin casi moverse de la posición tomada, pasó una pierna sobre el cuerpo ...
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