1. Estaba deprimido


    Fecha: 01/03/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Estaba deprimido luego de acabar con mi novia y me fuí un fin de semana solo a una posada en un pueblito pesquero de la zona. Oí unos gritos que anunciaban venta de frutas y vegetales y fui a comprar. No se que me paso, pero cuando el hombre que vendía me miró, tuve una intensa erección y me excité mucho. Noté que el también sintió una fuerte atracción, pues su sexo también se erectó y se puso muy nervioso. Al ir a poner las cosas en mi vehículo el vino conmigo para ayudarme y me dijo: Cónoces la costa que sigue. - No, respondí y el me dijo: ve por tus cosas y te llevo. Nunca antes había sentido algo tan intenso, y menos con un hombre. Al ir por mis cosas las tomé y pensé en escusarme e ir a mi posada, pero él tomó mis cosas y las metió detrás de la cabina de su camión. Partimos y el me pidió que me sentara junto a él, y no se porqué obedecí. Mientras hablábamos y el manejaba, su mano acariciaba el interior de mis muslos. El camino era solo y de tierra. Se detuvo, tomó mi rostro y beso mi boca. Primero fueron besos tiernos, y poco después apasionados. El acariciaba mi espalda y comienzo de mis glúteos y me hizo tomar su pene bajo su pantalón. Era muy cálido, duro, su piel muy suave y estaba muy baboso. Después de varios minutos de besarnos continuó. Llegamos a su casa, un ranchito de madera y zinc. Me llevó a un árbol con una rama curva y gruesa muy baja y me mostró el paisaje. Sentí su sexo en mis nalgas, y sus besos en mi cuello me enloquecieron. Pronto nos volvíamos a ...
    ... besar con pasión, esta vez si apretaba mis nalgas con deseo y empezó a desnudarme. Con lujuria yo también lo desnudé. Sabía lo que quería, y yo me moría por sentirlo. Se sentó a horcajadas en la rama y empezó a besar mi ano. Ya no me controlaba, gemía lujuriosamente. Al ver que me hacía colocar sobre él y ponía su virilidad en mi ano le dije que nunca había estado con un hombre. José fue muy delicado y me dijo: Controla tu la penetración, porque yo te desvirgaría de un golpe. Empecé a hacer sentadillas sobre su sexo, sintiendo como se iba abriendo paso poco a poco con cada embate. Ya lo hundía bastante cuando empecé a sentir molestia y fuí más cuidadoso. Pero José ardía de deseo, de pronto tomó mis caderas firmemente y me haló hacia él levantando su pelvis. Aquellos deliciosos 19 cm de virilidad se hundieron en mi cuerpo completamente. Sentí una fuerte punzada y grité de dolor, pero mi cuerpo empezó a moverse violentamente sin control, y tuve un orgasmo muy intenso. Grité descontrolado mientras él aceleraba su movimiento. Pronto eyaculó con violencia jadeando y gimiendo muy ruidosamente. Mientras nos recuperabamos me abrazó con ternura y me dijo que le gustaba mucho. Al separarnos nos bañamos y me llevó a su cama, donde me hizo nuevamente el amor. Justo después de acabar dos hombres negros lo saludaron y felicitaron. Yo estaba en schock de la verguenza, pero José me presentó como su novia. Ese día dormí con él y al día siguiente fui a la posada, recogí mis cosas y volví con José. ...
«12»