1. Esclavo de mi padre


    Fecha: 02/03/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola a todos. Antes de nada presentarme. Me llamo Carlos, tengo 28 años, mido 1’85, peso 77 kilos y estoy bastante fibrado. La historia que quiero compartir con todos vosotros es totalmente verídica, aunque he cambiado los nombres, como es natural. Quiero compartirla aquí por si alguien se siente identificado o le da tanto morbo como a mi recordar lo que me sucedió con mi propio padre. Todo pasó hace tres años, cuando yo tenía 18 años. Mis padres se separaron porque últimamente no se llevaban muy bien. Somos de valencia, así que evidentemente yo y mi hermana nos quedamos con mi madre en el que había sido nuestro hogar familiar durante años. Mi padre se fue a vivir a un apartamento que se compró en Alicante, puesto que allí era donde tiene varios negocios. Durante un mes de verano, cuando yo tenia 25 años. Mi madre y mi hermana decidieron irse de viaje a Italia. Marchaban durante 15 días y yo, la verdad, no tenía ganas de irme con ellas. Así que propuse irme, todo el mes de agosto a casa de mi padre, que por aquella época contaba con 49 años. A ellas les pareció bien y así lo hice. Mi padre estaba encantado, porque a parte de que nos veía poco, necesitaba ayuda en los negocios, que en la temporada turística estaban a tope. Así que llegué y todo fue de maravilla. Le ayudaba en las empresas, salíamos a la playa, íbamos de copas con los amigos y la verdad, todo era fantástico. La segunda semana de estar yo allí, mi padre me dijo que se cogería unos días de descanso para que ...
    ... pudiéramos pasarlos juntos. Yo le dije que no se preocupara, que estaba bien y entretenido, pero él insistió y dijo que necesitaba desconectar una semanita por lo menos. Entonces me propuso irnos tres días en el barco que tiene, un pequeño yate con todo tipo de prestaciones. Me hacía ganas, porque eso lo hacíamos cuando éramos pequeños y estábamos todos juntos. Entonces nos embarcamos, con algo de bebidas, provisiones y todo lo que necesitábamos. Todo parecía normal hasta el segundo día por la tarde. Habíamos estado nadando, pescando por la mañana y ahora estábamos tumbados en la proa, uno frente al otro. Mi padre tiene buen cuerpo, él fue quien despertó mi pasión por los gimnasios y el deporte. Era y sigue siendo un tío con el cuerpo bien marcado, aunque últimamente ha puesto un poco de barriga, pero muy poco. Bueno, pues estábamos hablando de una empresa de él que no funciona muy bien, y que se había propuesto venderla. Los dos vestíamos, únicamente pantalones cortos y por la posición de las piernas de mi padre asomaba por el lado izquierdo uno de sus huevos. Grandes, muy grandes. Yo los había visto otras veces, porque mi padre nunca se ha escondido de nada y la verdad es que tiene unos cojones descomunales. La polla, normal, 17 cm y bastante gruesa, con un glande abultado y sin circuncidar. El huevo colgante de mi padre me excitó, no sé porqué, nunca me había planteado una relación homosexual, pero ver aquel huevo colgando, gordo y peludo provocó que mi polla despertara ...
«123»