1. Hijas del Sol Naciente p3


    Fecha: 05/03/2019, Categorías: BDSM Fetichismo Autor: pepejuxn, Fuente: xHamster

    ... cuerpo.Después, con una risa leve, que apenas se dejaba oir, la princesa me hizo una maravillosa lluvia dorada, moviendo musicalmente su cuerpo al tiempo que su orina caía sobre mi pecho, escurriendo por mi vientre hasta mi pene y mis testículos depilados. Mientras mi ama vaciaba su vejiga introdujo un dedo en mi boca, recorriendo con él su interior, y empezó a aceracar su cuerpo a mi cara, describiendo círculos con el reguero de orina que salía de su cuerpo, más y más cerca de mi cara, hasta que por fín se detuvo y acabó su lluvia sobre mi barbilla. Después, con un movimiento brusco, se abalanzó sobre mí y dejó sus glúteos sobre mi boca, de forma que su estrecho ano quedó en contacto con mis labios.Y así empezó a restregar su culo sobre mi boca, mientras yo lo acariciaba apasionadamente con mi lengua. Podía paladear el sabor de su flujo, que por abundante había escurrido por su piel e inundaba todo aquello por debajo de su cintura, lubricando la entrada a su ano. Poco a poco aquel agujero estrecho se fue ensanchando, hasta que al fin, sin poder resistirme, formé una ventosa con mis labios y aspiré. La delicada piel de la ...
    ... princesa Juriko se volvía más y más elástica a cada momento, y su ano era ya un gigantesco túnel en el que pude introducir mi lengua, moviéndola allí dentro desesperadamente.Por su parte la princesa estaba ya al borde del éxtasis, y tras unas breves caricias en su abultado clítoris estalló en un nuevo orgasmo que provocó una oleada de líquidos que caían hacia mi boca. Después se apartó de mí lentamente, y se recostó en la cama.Agotados por el cansancio, descansamos unos minutos, y mi ama me preguntó:– Sabías que ibas a recibir el mismo castigo que la señorita Lydia, y sin embargo has sido muy duro con ella. ¿Por qué?– Me ordenaste que no tuviera piedad, ama. Yo sólo he obedecido tus deseos.– ¿Y si no te lo hubiera ordenado, si te hubiera dejado hacer lo que hubieras querido? Contesta– También lo habría hecho, ama.– ¿Por qué?– Porque deseaba esto, ama.La princesa parecía complacida. Tras un breve silencio, continuó hablando. – Mereces un premio – dijo. – Y acabo de recordar que hoy no has recibido tu castigo. Seré yo misma quien te azote. ¿Estás contento? – preguntó. Sin dudarlo un momento, respondí: – si ama. Eres muy generosa. 
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