1. La primera paja, a mi amigo mayor


    Fecha: 08/03/2019, Categorías: Masturbación Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... jóvenes. Fuimos un poco pesados y les seguíamos (se había acabado el juego y no teníamos plan, así que seguíamos a los mayores, y todavía más cuando nos enteramos de "sus intenciones"). Llegamos a un rincón del parque donde los 3 o 4 mayores se sentaron en un banco y los pequeños estábamos a su alrededor. Por lo visto, esto lo hacían a menudo, y yo no me había enterado de que mi amigo se fuese con sus amigos de su edad a pajearse en compañía al parque. Empezaron los 4 chicos a meterse la mano dentro del pantalón y a moverla y a agarrar su pene. La verdad es que pajearse con el pantalón puesto es un poco incómodo cuando el pene crece, pues no hay mucha libertad de movimientos. Como decidimos los chicos más pequeños no irnos, pues los mayores nos advirtieron que se iban a sacar la polla. Recuerdo que nos decían que no mirásemos, que nos íbamos a emocionar, jajaja. Y, vaya que sí. Se empezaron a sacar sus pollas tiesas que ya no podían mantener bajo los pantalones, y sí que me deslumbraron. Mucha diferencia entre la mía, pequeñita, blanquita y sin pelo. o la del compañero de clase que le vi pajearse, que era como la mía. , con la de estos tres chicos, que se bajaban el pellejo y descubrían un glande hinchado y rosita, y un tronco de pene que me pareció increíble. Yo me pensaba cómo era posible que esos mindundis tuvieran semejante polla. Y veía como la base del pene era peluda. Vaya, estos chicos son bastante mayores, pensábamos los pequeños. Con las pollas al aire libre, las ...
    ... pajas ya eran como tenían que ser. Comentaban cosas entre ellos y se reían de nosotros, que mirábamos absortos a esos chicos que, hace un rato, eran compañeros de juego, y ahora parecían adultos. De vez en cuando miraban a lo lejos por si pudiera venir alguien que no fuese conveniente que les viesen pajearse. Entonces, se ponían encima de sus penes su ropa, sudadera, cazadora, jersey, camisa. , y se tapaban las pollas hasta que pasaban las visitas inoportunas. Y se pajeaban suavemente y con discreción con la ropa encima. Una vez que pasaban los intrusos, volvían a sacar sus pollas al aire libre. Esa paja pública en compañía que estábamos disfrutando de su visión, no duró mucho. Al rato (5 o 10 minutos), un chico avisó con susto: "oye Oscar, que viene tu hermana". Efectivamente, venían varias chicas, una de ellas, la hermana de un pajero, y enfilaron hacia nosotros. Corriendo se metieron sus pollas en su pantalón, haciendo contorsionismo con la polla para meter ese cacho de carne tieso bajo el pantalón. Y sí, llegaron las chicas y le dijo a este chico (al Oscar) que le estaba buscando su madre, que tenían que irse a tal sitio, y tal y tal. Vale, vale, la chica y sus amigas se llevaron a Oscar, y se quedaron los otros. , pero en un minutos, otro chico de los mayores se acordó de nosequé cosa y también se fue a su casa. La paja compartida acabó ahí. Y sí, me emocionó ver aquello como a cualquiera le impresionaría ver algo de sexo por primera vez. En los días siguientes, a los muy ...