1. Entre-acto: Moribunda


    Fecha: 10/03/2019, Categorías: Dominación Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos

    ... mostraste reacción alguna en tu rostro. Algunas vemos que les hemos molestado, tu no, y les evitaste el trabajo pesado. Es decir, el castigo. Y tú sufriste el castigo por ellas. Tragué saliva, vaya interpretación de los hechos. Me hice el ocupado, perseguí a un trozo de exquisita carne, me iba a poner colorado si seguía por ese camino. La muda aunque tenía inclinada la cabeza hacia su plato, descubrí su mirada, hice que no me daba cuenta, me escrutaba impunemente, bueno, eso pensaba ella. La madre abadesa había girado la cabeza en mi dirección, esperaba respuesta por mi parte. -Madre superiora – Dije ladeando la cabeza en su dirección, había desenfocado la mirada, mi ojo derecho no perdía de vista a la muda – Nunca me gustaron los castigos, no creo que fuera tan grave su culpa. La madre abadesa se puso seria, había perdido ese gesto de bondad con que hablaba. -Comprendo tus palabras, ignoras cuáles son sus faltas. -¿Puede apartar mi ignorancia? – Respondí sin mover mi cabeza en su dirección. -Son faltas leves, pero estas llevan el camino de convertirse en graves. Sor Mable quiera abandonar el convento, alega que se ha perdido. Que ha perdido su fe. Y Sor Pilar y Sor Eulalia le aconsejaron que colgara los hábitos, cuando ellas no disponen de autoridad para dar consejos. Sor Mabel está frente a ti. Casi se me cae el tenedor, giré la cabeza y la miré, esta vez sostuvo mi mirada a la vez que asentía con la cabeza, gesto impasible. -Madre superiora, lleva razón, no sé nada y no ...
    ... tengo suficientes elementos juicio y tampoco los suficientes conocimientos para poder opinar, y desde luego juzgar, menos aún. -¿Os dais cuenta de que llevo razón? – Dijo haciendo una pausa y mirando una a una – El señor nos ha enviado a un hombre bueno, para ayudarnos en nuestra penosa carga. Tenía la certeza que me iba a sacar los colores. Los postres fueron dulces, parece que en navidad los venden. Incluso me pusieron una taza de café, ellas no, pobreza ante todo y ayuno, no comprendía a las religiones. Pensaba que era un buen momento para escaparme, pero la madre abadesa me esperaba en el pasillo de entrada al comedor, yo había cogido la chaqueta, no pensaba ponérmela, hacía calor. Y cogiéndome del codo, me habló al oído. -Tengo otro problema, una enferma terminal, el médico ayer me dijo que no le daba dos días, terrible enfermedad la suya, fue perdiendo los sentidos, aunque puede hablar, lo hace muy despacio, se cansa. Me dejó sorprendido y aterrado. Me defendí. -¿Qué puedo hacer por ella?, no hago milagros. -No se trata de eso, Sor Mabel me dijo que le habla de un pretendiente que tuvo, al cual maltrató, le hizo mucho daño, y quiere su perdón. Sor Mabel asegura que no quiere morirse con ese peso, lo hará cuando consiga el perdón, y durante la cena el señor te señaló de nuevo. Me quedé en blanco, y su mirada implorante hizo no pudiera negarme. -Madre superiora ¿Sabe algo de ese hombre? -Antes hable con Sor. Mabel, ella es la que lleva la carga de la enferma terminal. ...
«12...456...13»