1. Gloria: Historia de una sumisa feliz


    Fecha: 11/03/2019, Categorías: Dominación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... despertaría. A partir de ese momento fue una locura. Felipe y los demás metiendome mano por todos sitios, aunque estos mas comedidamente que él. El verdadero desfase vino a última hora, cuando ya sin clientes, cerraron la persiana y nos quedamos sólos con el dueño. Felipe me desabrocho la blusa y mis tetas aparecieron en toda su hermosura para ser masajeadas y sobadas. Hasta ahí bien, pero no quise llegara mas con ellos, al menos de momento. Por ello, pronto se fueron a una discoteca y nos dejaron dentro sólos, con las llaves, entrando antes a Luis para no dejarlo en el coche en la calle. Cuando nos hubimos cercionado de que no despertaría, tomó mi mano y me llevó rapidamente al servicio de los hombres. Me tumbó en el suelo sobre todas las meadas y me folló con pasión. En un momento dado, me puso a cuatro patas y de un solo golpe, como me gusta cuando voy a mil, me la metió en el culo, con algo de delicioso dolor. Al cabo de un rato de furiosas embestidas, me tumbé en el suelo boca abajo, con aquella masa heterogénea de meadas empapando mis tetas bajo la blusa y el lado derecho de mi cara que reposaba en el suelo. -¡Lame¡ Gritó. En realidad no hacía falta que lo hiciera, pues yo misma lo había pensado, pero siempre era mas delicioso si me lo ordenaba. Saque mi lengua y comencé a lamer. Para correrse me puso de nuevo boca arriba, tumbada sobre el charco, mi pelo absorviendo el líquido del suelo, y eyaculó de pié sobre mí, meando a continuación. Para cuando volvieron, no mucho ...
    ... mas tarde, aun no estaba seca. Nos ayudaron a llevar a Luis a casa sin hacer demasiadas preguntas, aunque pensando con toda seguridad que Felipe me había meado. Acostamos a Luis y se fueron, dejándonos. Las niñas dormían en casa de una amiga. Despuntaba el día y nos duchamos. Me folló de nuevo en el sofá del salón y se fue al aseo. Llevaba tiempo con la fantasía de ver a un hombre cagando. El se negaba siempre, pero ese día no oí el clic del pestillo al cerrarse y supe que era una invitación. Me acerqué. Se oía claramente el sonido de sus zurullos al salir mezclados con el ruidoso gas. Abrí la puerta con la mas viciosa de mis sonrisas y el olor llegó pastoso, casi palpable a mis fosas naslales. Me excitó mucho, pero el se cortó un poco y me pidió que saliera. Sin dejar mi sonrisa, avancé y me arrodillé ante él, comenzando a mamar. El perfume llegaba a mi fuerte y embriagador, volviéndome loca. Cuando noté que iba a correrse, metí con cierta dificultad por su postura, un dedo en su culo. Eso le encantaba. Entro fácil y lo note lubrificado de mierda. Se corrió a gusto en mi boca, y yo trague todo con avaricia. Saqué mi dedo lleno de mierda y continuando de rodillas, lo puse a medio camino de su cara y la mía. Nos miramos a los ojos, el dedo en medio. Sonreí. Con nuestras miradas nos dijimos"¿lo hago?, !Hazlo¡, y yo lo chupe con glotonería, mis ojos clavados en los suyos con todo el vicio del mundo. -Abre la boca-me dijo Me tumbe de espaldas en el suelo y la abrí. El se puso en ...
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