1. El día que todo comenzó con mamá (Parte I)


    Fecha: 13/03/2019, Categorías: Incesto Autor: romancarisedi, Fuente: CuentoRelatos

    ... Masajeé su espalda y la besé en la espalda. Luego besé su cuello. Cerca de su oreja le dije… - Todo esto es muy complicado. Estoy aguantándome las ganas de saltar sobre ti y hacértelo como si no hubiera mañana… - No pasará -dijo ella. - Eso crees -pensé… Luego de masajearle la espalda, me levanté y me dirigí hacia sus pies. Comencé a besarlos… luego le chupé cada dedo… - Me encanta que me dejes hacer esto, mamá - ¿dónde aprendiste a hacer esto? - Algunas amigas me enseñaron… Después de besar y chupar sus pies, empecé a besar sus piernas. Pasaron aproximadamente cinco minutos en los que yo estaba besando y pasando mi lengua por sus piernas… hasta que llegué a los muslos. Estaba frente a su culo… pensaba tantas cosas. Quería violarla… no podía resistirme… ¿Le contaría a papá si la violaba? ¿Me denunciaría? No quería saberlo… así que desistí de esa idea y besé sus muslos… - ¿Te gusta? ¿Sientes algo? - Es incómodo. Se siente raro. - Date la vuelta -dije. Ella se dio la vuelta y nos miramos… -Ahora te voy a masajear y besar desde este lado. Cierra tus ojos -dije. Ella dudó, pero al cabo de 5 segundos y una mirada que me delataba, los cerró y comencé a besarla. Empecé por los pies, luego las rodillas. Salté su entrepierna y me dirigí hacia su cuello… la agarré del cuello y ella abrió los ojos. - Eres mía. Siempre lo serás -dije. Cierra los ojos y déjate llevar. Besé su cara, su frente, sus pómulos… Bajé a sus hombros y continué besándola hasta llegar a sus pechos… - Sácate esto ...
    ... -dije. Refiriéndome al sostén. Quiero ver tus pechos… tocarlos, besarlos… - No quiero hacer esto, para, por favor… No me siento cómoda. Eres mi hijo. - Yo sé que te está gustando, vamos… déjate llevar. No lo pienses, disfruta. Confía en mí. Soy tu hijo, lo sabes. No te haré nada que no quieras -mentí. Pareció dudar de nuevo, pero lo hizo. Se sacó el sostén y quedé frente a ellas. Eran tan lindas, tan perfectas… Las agarré con mis dos manos y empecé a acariciar sus pezones… Podía sentir su excitación, su cadera se movía levemente cada vez que yo movía mis dedos sobre sus tetas… - Sabes que no va a pasar… ¿verdad? -dijo ella, con un tono débil, pero seguro. - No tienes idea -pensé. - No sé. Todavía falta mucho. Creo que voy por buen camino -dije. Acerqué mi boca a sus tetas y comencé a besarlas. Pasaba mi lengua por sus pezones… estaba tan excitado, que, si antes había pensado que quería violar a mi madre, ahora estaba seguro… pero no quería que sucediera de esa manera… digo, al menos en esta ocasión no… ya llegaría el momento. - Estamos solos, ¿sabes? Me gustaría oírte gemir… si te excitas puedes hacerlo, es normal… Dicho eso, besé sus caderas y tomé sus manos. Se las puse firme formando un triángulo detrás de la cabeza, tratando de demostrarle que en ese momento yo tenía el control absoluto de la situación y que podía hacer con ella lo que quisiera. Incluso violarla... La idea rondaba en mi mente, pero ya estábamos ahí. Y violarla sería una estupidez, y podría arruinar mis ...