1. El instalador de teléfonos


    Fecha: 13/03/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... pensar. Me empalmé al momento y al llevar un chandal cómodo se notó mi excitación. Volví a la cocina y me lavé con agua fría para relajarme. Volví con las cervezas y seguí contemplando el espectáculo un momento más, volviéndoma a excitar al momento. Me senté haciendo ruido con la silla para despertarlo, se levantó sin preocuparse mucho de la abertura del albornoz y se sentó frente a mí.- Perdona, pero es que me levanto muy pronto y con la ducha caliente me he relajado tanto que he quedado un poco roque.Casi habíamos terminado, cuando me dice:- Entre bostezo y bostezo he visto que me mirabas. De hecho ya he visto que al entrar y quitarme la ropa mojada ya me has mirado bien. Cuando has entrado de nuevo en la cocina me he abierto más el albornoz para asegurarme, y justo. No te preocupes por lo que digo, a mí me encantan los tíos, y tú no estás nada mal. Ya he visto que te empalmabas solo de verme. Tenías un buen paquete y seguro que estarías mejor desnudo.No supe qué decirle delante de esta declaración. Pero él muy decidido me dijo que me desnudara y nos sentáramos en el sofá. Ni corto ni perezoso se quitó el albornoz y me dijo que lo mirara bien, que disfrutara. Su manera de hablar y decirme las cosas me excitaba mucho más. Me quité la ropa mientras lo iba mirando, nos sentamos en el sofá y me mandó que se la ...
    ... chupara. No sé por qué, pero le obedecía sin pensar en nada más.- Qué bien lo haces. Se nota que eres un experto. Fuerte, chúpamela fuerte.- Basta! -Me dijo al cabo de un tiempo- Ahora quiero follarte.Me colocó apoyado en el sofá y de un golpe me la metió entera. La tenía muy mojada de la mamada y eso facilitó la penetración, pero fue un poco brusco y doloroso. Nunca lo habían hecho tan violentamente, pero disfruté. Siguió metiendo y sacando con fuerza, hasta el fondo. Gemía de placer y él no paraba de hablarme.- Qué bueno estás! Qué culo más apetitoso! Qué puto y vicioso eres!- Que me corro! -Y con ese grito me agarró por la cintura fuertemente y noté un chorrazo de leche caliente en mi interior que me puso la polla a cien.Sin decir nada, sacó su polla de mi culo, me dio la vuelta, me tiró al sofá y empezó a mamármela con mucha fuerza, soltando una gran cantidad de saliva, que mezclada con el líquido preseminal me mojaba todo. Me parecía ver las estrellas, y al final me corrí en su boca . Quería bebérselo todo.Se levantó, se tumbó sobre mí y nos dimos un beso larguísimo y durante unos minutos estuvimos refregando nuestros cuerpos. Nunca había sentido aquello. Me dio las gracias por la hospitalidad, se vistió, se despidió y su recuerdo me excita cada vez que lo pienso. Está claro que las buenas acciones tienen recompensa. 
«12»