1. Ahora me ven como hombre


    Fecha: 14/03/2019, Categorías: Incesto Autor: HombreConSuerte, Fuente: SexoSinTabues

    ... todos en el piso y a mí y a Beto nos ataron las manos y los pies.-Danos la plata de la venta de la casa y nos vamos- dice uno de ellos-No vendo ni he vendido ninguna casa en 10 años- dice mi madre-no sé de qué hablan--No te hagas la boluda, que sé que acabas de vender una casa grande en la playa- volvió a decir el delincuenteNooo ya sé que quieren, se confundieron les dijeLos que acaban de vender una casa en la playa son los vecinos de enfrente en diagonal a esta casa Los delincuentes se miran y hablan entre ellos.Mostrame un documento tuyo rápido le dicen a mi madre, quien le mustra el documento de identidadY uno tuyo pendejo me dicen a mí y les digo en que bolsillo lo tengo, lo toman. Los miran y comparan, ambos tienen esta dirección y el mismo apellido (mi madre nunca cambió el documento de casada). Por lo que empiezo a entender me doy cuenta que se equivocaron de domicilio.No hay nadie en esa casa en este momento, recién vuelven mañana dijey como sabés pendejo me preguntanel hijo es mi compinche, por eso lo sé así que recién mañana vuelven y se quedo pensativo,entonces esperaremos hasta mañana aquí, igual seguimos respetando el plan ya que hasta el sábado a la tarde no salíamos le dijo al otro que afirmó con la cabeza Desatan a Beto y le dicencerrá todas las ventanas y sus persianas, también la puerta de adelante y la de atrás y me traés las llaves. Tenes 2 minutos pendejo o corto a una de tus hermanas mientras decía esto mostraba un cuchillo que había extraído de sus ...
    ... ropas cambiándolo por el arma. Beto cumplió todo en menos del tiempo dado y trajo las llaves. Yo sabía que nada podíamos hacer, no podía arriesgarme aún teniendo la oportunidad de hacer algo porque ellos eran dos y siempre estaban separados. Además lo que me preocupaba mas, era que para cualquier persona de afuera sería normal que al anochecer y haciendo tanto frio cerráramos todo. Estábamos a su merced. Una vez establecido que nadie gritaría ni se producirían agresiones nos desataron, pero aa mi madre, a Beto y a mí nos ataron ambos pies con una soga tan corta que apenas nos permitía movernos con pasitos de 20 cm. Uno de ellos le dijo a mi madre y a mi abuela que prepararan algo de comer que todos comeríamos y las acompañó a la cocina. En ese momento de desataba una fuerte tormenta afuera, podíamos sentir el viento y la lluvia que golpeaba por todos lados tapando cualquier ruido. Comimos todos en silencio, nosotros todos juntos y ellos como siempre cada uno en un punto distinto de la habitación. Las armas de fuego habían sido guardadas, y en su lugar uno de ellos mostraba un cuchillo y el otro había agarrado un palo de golf (recuerdo de mi padre) que teníamos como adorno. No había existido, salvo el empujón inicial a mi abuela, ningún acto de violencia hacia nosotros. Terminamos e comer y quedamos en silencio. Nunca pude saber el porqué, en un momento dado el pelotudo Beto, que había logrado desatarse una de las piernas, se levanta y trata de correr hacia la planta alta. Uno de ...
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