1. Confidencias 28 Mis dos hombres


    Fecha: 14/03/2019, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... -Seguro que pensabas en algún dulce poema. Me sujetó y yo me estiré para llegar a su boca con la mía. Me besaba con dulzura acariciando mis nalgas que abrazaba para elevarme. -¿Estás preparado? Nos iremos nosotros y ellos vendrán cuando quieran. Eché mano a mi bolso y le seguí sin remedio, no me soltaba y tiraba de mi mano. Al pasar por la habitación de Pablo tenía abierta la puerta. -Espera diremos adiós a Pablo. Le detuve en su carrera, no entendía sus prisas. En ese momento Pablo salía del baño secándose el pelo. Atraído por nuestras voces venía un poco inquieto, desnudo y con su verga colgando, de color rojizo como si se hubiera estado masturbando en la ducha. No fui yo el que le habló, comenzó David. -¿Quieres que te esperemos y vienes con nosotros? Pablo abrió los brazos indicando que no se encontraba dispuesto y preparado. -Espero a que me lleve Eduardo y Ana con ellos, no os preocupéis por mí. Fui hasta él para darle un beso y nos despedimos. -Tiene una buena arma de guerra entre las piernas el muchacho. David se reía y no sabía el motivo. No tuve respuesta y siguió. -Hicieron bien en apostar en su favor, va a merecer lo que se haga por él. Ahí quedó todo. Damián nos esperaba delante de un bonito lamborghini descapotable blanco, al lado estaba el mercedes de David. -El señor solo pide que tenga cuidado de él. Damián se dirigía a David mientras abría la puerta del copiloto para que yo entrara. Mi novio río en tono alto mientras se metía saltando por encima de la puerta ...
    ... soportando su cuerpo con las manos. -¿Cuándo he roto alguno de los coches de tu jefe? Arrancó el deportivo sin esperar la respuesta y emprendimos el camino. Le gustaba conducir estos coches deportivos y sin dejar de vigilar la carretera, colocó la mano sobre mi pierna. -Vamos un momento al puerto, he quedado con el marinero para comentarle algo que vi ayer en el barco. Tuvimos que llegar hasta el pantalán donde se encontraba el catamarán, el señor de ayer estaba en la cubierta trabajando, yo no bajé del coche y David saltó sobre la cubierta para llegarse hasta él. Hablaron un breve momento y volvió a mi lado. No hablamos durante el trayecto, él iba atento a la conducción y al tráfico de la vía urbana, y no podía dejar de observarlo, me llevaba más de nueve años y a veces me parecía mayor y otras, como ahora, un niño disfrutando de un juguete. Llegamos a la casa grande y nos encontramos con su madre, se acercó a nosotros y antes de saludarme habló con David. -Papá te está esperando, ha preguntado por ti…, quiere hablar contigo. Antes de que le preguntara el motivo se encogió de hombros. -Deja a Oriol conmigo y ve, así sabrás lo que quiere. Nos dejó solos, me sentía un poco intimidado, no conocía muy bien a la señora y dudaba en cómo tratarla. Se acercó a mí mirando mi figura, no pareció desagradarle y me sujetó la barbilla para elevarme la cara. -Tienes alguna parte de la piel más roja que otras. Enseguida pensé en la brisa y el sol que curtían mi piel en el mar y no me había ...
«1234...10»