1. ACABO DE COGERME A EDITH


    Fecha: 23/03/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Sus nalgas redonditas eran cubiertas y descubiertas por el vaivén del oleaje, con su bañador negro con amarillo que le ajustaba perfectamente en su cinturita resaltando caderas y trasero a la latina que ponían cachondos a todos en la playa. Piernas deliciosas, tetitas redonditas y paraditas de juventud, son las mejores gracias de una Edith que sin saberlo �pero yo sí me di cuenta- hizo que un negro ya maduro se la pajeara bajo el agua. Creo que otros también lo notaron pero sintieron vergüenza porque más animados hubieran hecho lo mismo. Y la gran perra, como si tal cosa, salió despacito del mar, balanceando las caderas como diciendo con su movimiento: �Vean, esto es para coger� y yo capté perfectamente el mensaje al punto de que me puse duro como piedra y corrí a los sanitarios públicos para pajearme en su nombre. Me agité como un loco imaginando que agarraba a Edith y me la cogía por el culo hasta vaciarle toda mi leche; terminé en menos de dos minutos haciendo de cuenta que todo se quedaba dentro de ese culo tan exquisito. Eso fue hace cinco horas. La invité a almorzar a un restorán especializado en mariscos y ahí fui conversándola poco a poco. Sus labios invitaban a meterles de todo; cada vez que me miraba sonriente yo sabía que estaba dispuesta a un buen polvo y desde luego que yo también. -Quedé más que satisfecha. Esto amerita una buena siesta. -Estoy de acuerdo. Te acompaño si quieres. Su mirada habló más que cualquier palabra. Fui con ella ...
    ... a la tienda de camping y en medio del ambiente de los diferentes grupos visitantes, la seguí sin titubear entre las risas maliciosas de algunos testigos. Cuando me incliné para entrar, mi rostro quedó muy cerca de su culo al punto que sentí un leve aroma a sexo� delicia. Nos miramos con sonrisa de complicidad; la besé y poco a poco su lengüita sugería algo más; le acaricié los pechitos, espalda, trasero y aprisioné su cintura para acercar nuestros genitales y Edith me agarró de las nalgas. Muy pronto estábamos ambos desnudos y la puse boca arriba para empezar un sesenta y nueve; yo le metía la lengua hasta donde más pudiera y sus labios y boca hicieron maravillas con mi verga hasta que en un momento dado se me abalanzó y a horcajadas hizo meter mi pene en su conchita, cerrando los ojitos y exclamando un gemido de placer que provocó carcajadas en el exterior. Así estuvimos varios minutos hasta que me puse como un loco y agarré a la perra y me le encaramé para darle con todas mis fuerzas: ella gemía ahora más quedo para no provocar reacciones ajenas pero era obvio que disfrutaba de la cogida que yo le estaba dando. Demasiado rica Edith, no pude contenerme por mucho tiempo y para evitar accidentes, le saqué mi verga y le dejé venir toda mi lechita sobre su vientre. Caí como costal junto a ella y continuamos besándonos y acariciándonos. Eso fue hace unos minutos. El plan es ser más provechosos esta noche� será el turno de su culo redondito y delicioso� 
«1»