1. Mi sobrinita de 6 (parte 3)


    Fecha: 24/03/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... entonces yo puse mis manos en cada una de sus nalgas y apreté su pelvis a la mía moviéndome hacia atrás y hacía adelante cada vez más rápido. Entre más me movía más roja y excitada se ponía, su respiración se entrecortaba y sus brazos se aferraban a mi espalda escondiendo su carita en mi cuello. Yo estaba tan caliente que no me importó que la puerta estuviera abierta y que mi mamá y la suya se encontrarán apenas unas escaleras abajo. Prendí la tv para que hubiese ruido, la recosté en mi cama y me acosté sobre ella. Empecé a besarla casi con desesperación cubriendo con mis labios los suyos que eran tan pequeños, metiendo mi lengua hasta encontrar la suya y juguetear con ella. Mi mano recorría sus piernas mientras con la otra apretaba sus pechos inexistentes como si se tratara de una masa para hacer pizza, primero todos para después enfocarme en sus pequeños y rosados pezones. Los puse entre mis dedos dándoles pequeños apretoncitos mientras se comenzaban a endurecer, eso me excito más y de inmediato le subí la blusa para ponerlos en mi boca y empezar a chupar mojandolos todos de mi saliva, succionandolos con mis labios y pasando mi lengua por encima de ellos, todo esto sin dejar de moverme como si la estuviera penetrando. Pude ver que le gustaba, que también me tocaba, que me tomaba de las caderas empujándome para pegar más mi cuerpo al suyo. ¡todo iba tan bien! cuando de pronto escucho que gritan "hijooo", ¡me puse pálido! pensé que nos habían cachado o más bien que me ...
    ... habían cachado, pero por suerte el grito venía de abajo, así que me paré y acomodé a toda prisa y a ella sólo le dije "mi amor, tápate y hazte la dormida" y me obedeció. Bajé y pregunté qué pasaba, lógicamente me preguntó por la niña y les dije que se había quedado dormida desde hace rato, no dudaron y me dijeron que les hacían falta cosas, que iban a ir a comprarlas y que por favor cuidara a Camila (ése es su nombre). Yo como siempre actuando para no levantar sospechas les dije que sí, pero que se apuraran por si se despertaba, aunque también como siempre por dentro estaba más que feliz. Entonces se fueron y yo volví a mi cuarto. Me paré en la puerta y la vi haciéndose la dormida. Era tan pequeña! su piel blanca, su cabello largo y castaño, su cuerpo delgado cubierto por una blusita rosa; rosa como sus labios, esos labios que habían estado lo mismo en mi boca que en mi pene. Entre las sabanas se asomaba una de sus piernas y se apreciaba una montaña formada por sus nalguitas. No diré que tenía el culo de concurso, sino que eran unas nalgas de niña, redondas como un corazón. No pude más, ahí mismo me quité la playera y me metí bajo las sabana, entonces seguí besándola. Primero los labios, luego el cuello mientras mis manos tocaban cada parte de su cuerpo hasta llegar a su entrepierna. Haciendo a un lado su ropita interior toqué su vagina sin un sólo vello, puse mi palma completa sobre ella y comencé a moverla arriba y abajo mientras ella sólo gemía muy bajito, después separé sus ...