1. La venganza: una épica noche de copas


    Fecha: 24/03/2019, Categorías: Infidelidad Sexo Oral Autor: reybourbon, Fuente: CuentoRelatos

    ... ahora lo hacía sólo para decirme que estaba enojada. Trataba de controlarme y pensar en otra cosa para no reaccionar a ese placentero dolor, pero lo que yo pensaba nada tenía que ver con lo que mi pene pensará y ya estaba reaccionando, se estaba curvando dolorosamente en mi pantalón. Mientras ellos seguían discutiendo ella continuaba pasándome las uñas del centro de su mano hacia afuera, como el movimiento de un botón de flor que se abre y cierra repetidamente, con afilados pétalos que me hacían sentir pequeñas descargas eléctricas. Tal vez pasarán 15 o 20 minutos y no se detenía, pues seguían alegando. No me había dado cuenta hasta ese momento que yo estaba acariciando su cuello entre su oreja y el hombro, por debajo de su cabello. Pasaba mi pulgar de arriba abajo dejando que mi uña rosara suavemente su piel. Cuando note esto, ella hizo algo similar en mí, dejando de enterrar sus uñas y pasando su pulgar de igual forma en mi abdomen, en un punto por los movimientos de su mano y sus dedos mi camisa se abrió lo suficiente para que su pulgar acariciara directamente mi piel, por debajo del último botón de mi camisa. No sé qué pensaba ella o si siquiera se daba cuenta de lo que estaba haciendo, ahora con su pulgar jugaba con el bello que crece hacia mi ombligo dibujando una "S" y en ocasiones un "8". Sentía la cara enardecida, escalofríos recorriendo mi espalda baja, no podía concentrarme en la discusión que se llevaba a cabo en el carro y el miembro me estaba matando, se ...
    ... encontraba dolorosamente palpitando en espera de ser liberado de toda presión. Estar rodeado de gente, en un espacio pequeño, recibiendo caricias estimulantes por parte de una de mis mejores amigas y todo eso sentado al lado de una hermosa mujer que hasta hace unos escasos 30 minutos nos estábamos ligando, me tenía al límite de la cordura. Intente volver a calmarme y concentrarme en lo que ellos decían. -¡No sé qué hago contigo!- Le dijo él arrastrando las palabras en su estupor etílico. Diana enterró sus uñas en mí y casi dejo salir un quejido, pero lo pude controlar, porque sus palabras de él me hicieron encabronar tanto como a ella. Aún ahora me pregunto qué fue lo que me hizo hacerlo, ¿Fue el enojo? ¿Sólo fue mi excitación? o ¿Una mezcla de ambos alimentando mis perversos impulsos? Tome por la muñeca su mano y la dirigí a mi entrepierna, por un momento su mano permaneció abierta y tensa sobre el duro bulto, giro la cabeza un poco y me dedico una fría mirada unos instantes nada más antes de que esbozara una leve sonrisa y volviera a mirar al frente. Sus dedos medios se abrieron quedando a los costados de mi pene, bajo más su mano hasta mis testículos y los apretó junto con mi miembro. Era el dolor más delicioso del mundo. Con la mano que tenía en su cuello tome un mechón de cabello de su nuca y di un suave pero firme tirón, ella alguna vez me había dicho que eso siempre la prendía. 6 personas en el carro y nadie notaba los juegos perversos que estaban pasando ahí. Diana pasaba ...
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