Camila y sus amigos - Relatos Eróticos

Camila y sus amigos

Esa tarde estaba sola en casa; caliente como siempre.Mi amiga Camila me llamó temprano, preguntándome si quería reunirme con ella. Acepté gustosa, pensando que podría divertirme un buen rato entre los brazos de esa mujer. Ella me dio una dirección desconocida para mí y me recomendó que no tardara.Me vestí de manera sencilla, aunque un poco atrevida. Llevaba una remera ajustada, minifalda de jeans y tacos altos. Después de estacionar mi auto en la calle, me dirigí al edificio que me había indicado mi amiga.Me abrió la puerta Camila, envuelta en una sábana.Nos dimos un profundo beso de lengua y me hizo pasar. Se quitó la sábana, dejándome ver su cuerpo escultural. Tomó mi mano y la apoyó sobre su vientre. Sus tetas redondas me excitaban siempre; pero esta vez me gustó más ver su pubis bien depilado…Mis dedos traviesos e inquietos descendieron un poco más y pronto encontraron sus labios vaginales. Entraron entre ellos y encontré que su concha estaba empapada. Pero tenía algo espeso, que no parecían ser sus propios fluidos…Volví a mirar la sábana; estaba manchada, lo que me hizo suponer que Camila se estaba pajeando en su cama mientras me esperaba. Le pregunté si le había interrumpido algo. Ella sonrió, diciendo que nada que no se pudiera continuar…Esa respuesta me provocó sentir mi tanga humedeciéndose.Entonces me tomó una mano y me arrastró hasta su habitación. Abrió la puerta para dejarme pasar y allí me encontré con una sorpresa interesante: sobre la cama había dos hombres ...

... desnudos.Uno de ellos era un negro africano, con una verga enorme y dura. El otro era rubio y muy musculoso; con una pija tan grande casi como la del negro…Al verlos, le pregunté a Camila si se estaba haciendo coger por esos dos magníficos ejemplares viriles. Ella sonrió sin responder.Me preguntó si quería probar una doble penetración. Pero le dije que esa tarde no estaba de humor para hacerme coger por hombres; tenía ganas de estar solamente con ella y que ningún macho nos estuviera mirando mientras lo hacíamos…Le dije que me iba a mi casa, pero entonces Camila les ordenó a ambos hombres que no me dejaran salir de la habitación. Los dos saltaron de la cama y me tomaron por las muñecas.Camila sonrió y dijo que no me preocupara por esos hombres; solamente iba a cogerme ella de la manera como yo quería. Le pedí que ellos no me tocaran y ella aceptó sonriendo…Me soltaron las manos y el rubio salió de la habitación. El negro se quedó mirando con ojos llenos de lascivia, mientras Camila me quitaba la ropa muy despacio. Se llamaba Okono y era senegalés.Me quedé de pie y desnuda, vestida solamente con mis zapatos de taco alto. Camila se arrodilló frente a mí y comenzó a lamer mi concha depilada. Su lengua magistral penetró mi labia y pronto encontró mi clítoris, que la recibió con agradecimiento.Okono me miraba fijamente; con deseo. Su mirada era muy penetrante y pronto sentí que mis piernas temblaban, mientras sentía la lengua de Camila dentro de mi vagina…Esa mirada del negro me ...