1. Una estadía en Mallorca, el cuarto d&iacute


    Fecha: 05/04/2019, Categorías: Sexo con Maduras Sexo Duro Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Una estadía en Mallorca, el cuarto díaEl cuarto día era ya el penúltimo de nuestras fugaces vacaciones; unas vacaciones que yo no iba a olvidar nunca, con semejantes cogidas que me había pegado ese negro hermoso y viril…Temprano por la mañana volvimos todos a la playa. Yo busqué al negro, pero no lo pude ver por ninguna parte. Con mis tetas al descubierto al igual que los días anteriores, me tumbé en la arena boca arriba a tomar sol, junto a mi dulce amiga Helena, ya que nuestros maridos decidieron caminar un poco por la playa para seguramente, hablar “cosas de hombres”…Helena entonces me preguntó:“Te gustó, amiga, verme coger con esos dos pibes? Tienen unas vergas increíbles, durísimas… y además los dos son incansables…”Estallé en una carcajada que sorprendió a mi amiga; me incliné a besar sus labios y le confirmé que me había mojado al verla con esos dos tipos.“Podríamos hacer una fiesta entre los cuatro, mientras tu marido y el mío patean la arena e intentan arreglar el mundo, qué te parece?”Le confesé entonces que yo ya había encontrado a mi negro Eriq y que por nada del mundo lo cambiaría por otro, ni siquiera por un pibe incansable.Helena se sorprendió por mi confesión; ella siempre me ha creído una mojigata que no se animaba a engañar a su marido.Me dijo que en una hora iba a encontrarse otra vez con esos dos tipos en las mismas rocas donde la había visto la mañana anterior, allí iban a esperarla con sus vergas listas para hacerla disfrutar como a una ...
    ... perra.Decliné la oferta y un rato después Helena miró su reloj, se incorporó, me besó dulcemente y se alejó por la orilla, en dirección a esas rocas…Yo continué disfrutando del sol y un rato más tarde, al abrir mis ojos, vi cerca a Jorge. Estaba solo, sin rastros de Víctor por ninguna parte. Noté que Jorge miraba directamente a mis tetas, como lo hacía con disimulo cada vez que podía.Me levanté y caminé hacia él. Entonces detrás de él vi a mi adorado esposo nadando cerca de la orilla.“Estás mirando mis tetas?”. Le espeté mientras las devoraba con sus ojos.“Bueno, ciego no soy” Contestó con una sonrisa socarrona.“También puedo ver otras cosas” Dijo, mientras me daba su celular…Allí estaba yo, sobre la piedra plana, con ese tremendo negro Eriq entre mis piernas, gimiendo como una perra y pidiendo que me cogiera más y más… El muy hijo de puta había filmado toda la cogida.“Podría mostrarle a Víctor lo que haces mientras él toma sol confiado”.Yo sabía que Víctor iba a enojarse si se enteraba que había estado cogiendo sin que él estuviera presente; así que le pregunté a Jorge cuál era el precio de su silencio.Largó una carcajada y se volteó hacia el mar, para comprobar que mi marido seguía nadando cerca de la orilla.“Tu maridito sigue muy entretenido, nosotros podríamos hacer lo mismo”.Me indicó un camino entre las dunas, donde nadie podría vernos. Cuando llegamos a ese lugar entre arbustos, verificó que no había nadie cerca y se bajó el pantalón de baño, mostrándome su verga ya bastante ...
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