1. Sorpresa en el trabajo


    Fecha: 09/04/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    La noche caía cuando mi novio pasó a recogerme para salir a tomar algo y distraernos un rato, era domingo y hacía mucha calor. Estábamos en una terraza de verano tomando algo con unos amigos, yo bebí un poquito más de la cuenta, me aburría y eso me hizo animarme, tanto que cuando subí al coche comencé a besar a mi chico, a provocarle, hasta que él se decidió y arrancó el coche camino de su casa. Por el camino no hacía más que mirarle y sonreírle con malicia, con deseo, él no tardó en empezar a acariciar mis piernas, y cuando podía aprovechaba para acariciar su paquete por encima del pantalón, a lo que su reacción no se hizo esperar y empecé a notar como su polla empezó a crecer y a endurecerse cada vez más. Aprovechando un semáforo él comenzó a besarme mientras sus manos acariciaban mis pechos, y sin pensarlo me vi desabrochando su pantalón y metiendo mi mano para sacar su ya durísima polla, que enseguida comencé a lamer y a acariciar. Pronto llegamos a su casa, nos colocamos la ropa como pudimos y subimos. Por la escalera íbamos besándonos, no podíamos esperar a llegar, estábamos los dos muy calientes. Él como pudo abrió la puerta y entramos. Me quitó mi camiseta y desabrochó mis pantalones, mientras yo desabotonaba su camisa... Por fin llegamos al salón y nos acomodamos en el sofá sin dejar de besarnos y acariciarnos un solo momento. Ya estábamos completamente desnudos cuando él se levantó y cogiéndome en brazos me llevó a la cama, donde me estiró con sumo cuidado. Ambos ...
    ... estábamos excitadísimos, así que no dejamos perder ni un solo momento, él se puso encima mío y comenzó a penetrarme lentamente, yo notaba como me iba llenando poco a poco, eso me volvía loca, pero pasados unos minutos no podía aguantar más, y girando conseguí colocarme encima suyo, comenzando a cabalgar tan deprisa como podía y consiguiendo en breve que los dos estalláramos de placer. Pero la cosa no quedó ahí, tanto él como yo seguíamos muy excitados y seguimos acariciándonos el uno al otro fundiéndonos en un beso y un abrazo increíbles. Estirados uno frente al otro nos mirábamos. Sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo de nuevo, pasando por mi entrepierna y mi culito que estaban muy húmedos. Él insistía en mi culito (es algo que le encanta y a mi también), yo ya no podía ahogar mis suspiros, que por momentos se volvieron en gemidos y pequeños grititos, a lo que él respondió pasándome su lengua por ese agujerito que tanto le gusta penetrar; primero lo hizo con su lengua, después con sus dedos y más tarde con su ardiente polla, hasta que me hizo sentir un gran orgasmo seguido de otros tres, ya que no paró de bombearme durante casi 2 horas, a la vez que introducía sus dedos en un principio y más tarde casi su mano entera, ya que mi coñito estaba mojadísimo. Y así concurrió aquella calurosa noche. Pero no todo quedó ahí como los dos pensábamos. Ya por la mañana, nos levantamos y salimos a comer, dejándome luego en mi casa, pues tenía cosas que hacer. Él trabajaba de turno de ...
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