1. La pertenencia (23): La presión y (24): La meretriz


    Fecha: 11/04/2019, Categorías: Dominación BDSM Autor: ibarra.heber, Fuente: CuentoRelatos

    La Presión A la mañana siguiente le hice un minucioso examen físico. Cómo era de esperarse tenía unos cuantos moretones, sobre y bajo la cadera y uno en el hombro. Ninguno se había puesto oscuro. Tenía una erosión en un codo y otra en una rodilla. Todo perfectamente ocultable bajo la ropa. Las manos, el antebrazo, la cara y el cuello vírgenes. Ese día y por unos cuantos días uso pantalón, manga larga y cuello alto. Por supuesto que no tuve que darle esa instrucción. Aunque no era estrictamente necesario, prefirió prevenir. Al examinarla y tocar sus magulladuras no hizo ningún gesto ante mi leve presión. Hubiera preferido que no hubiese quedado ninguna marca, pero no podía ser de otra manera. Todas las otras marcas habían desaparecido o lo iban a hacer en el transcurso del día. Antes de salir le hice ver lo bien que estaban las cosas cuando completamente vestidos me sirvió con su boca, con sólo mi cierre abajo. Un trabajo calmado, limpio y breve. Una señal muy bienvenida de que no tenía de que sentirse mal, seguía siendo de mi uso. En el almuerzo de despedida hice algo por primera vez, le tomé la mano sobre la mesa. Habíamos caminado de la mano y se la había tomado en el taxi, pero nunca antes sobre la mesa. "Convivir acumula tensiones, necesariamente." "Sí." "Lo bueno es que no tenemos una relación de pareja." "Yo voy a tener una relación de pareja con Felipe. Ya la estoy teniendo." "Exactamente, una linda relación." "Si fuera tu pareja no podría ser de tu propiedad." Se le ...
    ... quebró la voz. "Perdón." "Está bien, es bueno que lo tengamos claro. Tú te das cuenta como me esfuerzo para no caer en eso." "¿Te lo hago difícil?" "No, para nada. Es una batalla que la tengo que pelear yo, pero tú me lo haces más fácil." "Gracias." Había dejado de cuidarme de los oídos ajenos. La moralidad en La Paz había cambiado mucho, había cada vez más respeto por la vida privada. Igual alguna cabeza se había volteado, pero en lugar de una mirada de censura era de sorpresa, curiosidad o morbo. Caminamos un poco en vez de despedirnos. Siempre me movía con un buen margen de tiempo para mi vuelo, nunca se podía saber que iba a pasar con los tacos, marchas o bloqueos. Ella se podía demorar. "Te tengo que confesar algo. Recién me di cuenta. Anoche me estuve sintiendo un poco como pareja antes de que tú me ayudaras a salir de eso." "¿Y te gustó?" "Es que no me había dado cuenta, fue algo automático, no me fijé si me estaba gustando o no, eso es lo que me da más miedo, que si me sigue pasando te lo haga más difícil a ti." "A mí me pasó algo parecido, pero con una gran diferencia. Aunque no tenía claro lo que me estaba pasando, sí tenía claro que me estaba sintiendo mal, muy mal. No sabía de qué, pero el remedio no fue algo que se me ocurrió, me salió sólo, de repente." "¿Y si no te hubiera salido? Disculpa, no quiero ser fregada, pero me preocupa." "Eso era lo que te estaba diciendo. Hay una tensión que se acumula naturalmente en una relación de pareja. Con los años uno se puede ...
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