1. Ana y el plomero recomendado por Helena


    Fecha: 12/04/2019, Categorías: Anal Sexo con Maduras Sexo Duro Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... desgarrarme, pero a la vez estaba muy excitada y deseando ver mi cola penetrada por esa tremenda tranca que calzaba.Sentí como me agarraba ambas nalgas con sus enormes manos y me las separaba, tensándome la piel. Supe que ya había empezado la cuenta atrás, me estaba penetrando… y me estaba doliendo, se lo hice saber, pensando que la iba a sacar, pero él hizo todo lo contrario, empujó fuerte y tiró de mis caderas, me penetró hasta la mitad de un golpe. Lancé un grito tremendo de dolor; realmente me estaba partiendo en cuatro!!!La dejó sin moverla un rato dentro de mi culo, esperando que mi esfínter se relajara un poco y volvió a empujar, esta vez sentí sus testículos contra mis nalgas. Un tremendo escozor me invadía el ano. Y entre mis piernas se escurría la manteca líquida, derretida por el calor de nuestros cuerpos. Comenzó a sacarlo y meterlo, era como un enorme tubo de cañon. Al cabo de unos minutos comencé a sentir algo de placer por lo que me acoplé al ritmo y cuando sus dedos comenzaron a hurgar mi vagina, la cosa empezó a mejorar, y mucho.Sin esperarlo, tuve otro tremendo orgasmo mientras él seguía insensible a mis gritos de dolor.. Con sus gruesos dedos metidos en mi concha yo no podía controlar mí placer, era un orgasmo continuo, que se enlazaba uno detrás de otro.Tenía que morder el almohadón para no gritar tanto….mis chillidos eran como aullidos, así que el hombre puso su pesada mano sobre mi nuca y me apretó contra el sofá para amortiguar ...
    ... mis gritos. Mientras sentía sus bufidos y jadeos de placer en mí oreja. Y como de vez en cuanto me soltaba palabrotas e insultos que no hacían más que excitarme.Nunca me había sentido tan puta y a la vez tan liberada, disfrutando del sexo por el sexo. Era sexo en estado puro, con un desconocido bastante bruto y grosero, que me estaba rompiendo el culo no tan en contra de mi propia voluntad…Y me estaba gustando. Ya no sentía dolor, ni escozor. A pesar de que sabía que mí ano estaba recibiendo un severo castigo y que seguramente esa enorme verga dura iba a provocarme un desgarro en cualquier momento.Estando así presa de mis pensamientos, sentí repentinamente que el tipo acababa, llenándome el ano con su leche caliente. No sentía dolor, porque lo tenía tremendamente dilatado. Sentí parte del semen correr por mis muslos.El hombre se vistió en silencio y luego se dirigió hacia la puerta, recogiendo en el camino su caja de herramientas. Antes de salir me dijo que volvería en un par de días para “completar la reparación”…Después de una buena ducha llamé a Helena, para agradecerle la recomendaciónElla largó una carcajada adivinando por mi tono de voz:“Te partió la cola en cuatro???. Te gustó esa verga enorme que tiene???”.Mi adorado Víctor regresó muy tarde como había dicho. Cansado además como para coger… Pero recordó preguntar si el lavarropas había quedado arreglado, a lo que, naturalmente, respondí que sería en un par de días, cuando regresara el plomero… 
«123»