1. Escapando hacia el deseo


    Fecha: 15/04/2019, Categorías: Erotismo y Amor Control Mental, Autor: DolceCaroline_, Fuente: CuentoRelatos

    ... estaba callada e inmóvil contra la puerta, emitía pequeños gemidos hedonistas. Se le cayeron las llaves al suelo y Martín se agachó para recogerlas, a la vez que le bajaba el mono. Nadia levantó los pies para que se lo pudiera quitar totalmente, Martín desplazó su tanga hacia un lado y se arrodilló para adentrar su lengua en las profundidades vaginales. -Pero bueno, Martín, si te tengo a mis pies. -Pronunciaba ella. Él no podía hablar, tenía la lengua muy ocupada. -Necesito ver tu cuerpo, llevas mucha ropa… Sube que te la quite, vaaa.-Continuaba ella, en modo monólogo. Él apartaba sus labios de los labios inferiores de ella, ahora insistía con dos dedos. Nadia abría más las piernas y dejaba que sus dedos se desplazaran por todo su interior humedecido. -Decías antes que no te gustaba nada ¿Sigo sin gustarte? -Pronunciaba Martín mirándola fijamente. -No, no me gustas nada de nada. -Decía la temblorosa y libidinosa voz de Nadia que no sabía hacia dónde mirar. Martín se levantó rápidamente y se quitó el botón de su pantalón, Nadia le bajó la cremallera, el pantalón, los calzoncillos y se arrodilló. Empezó a comerle todo su excitado miembro, su lengua subía, bajaba, se entretenía con el glande, después absorbía la corona e intensamente el cuello, rematando en sus testículos, se recreó durante unos seis minutos. Antes de degustarlo de nuevo volvía a mirar con su mirada traviesa e inocente a Martín, quién no perdía ningún detalle de la felación. Volvió a ponerse de pie para buscar ...
    ... otro espacio y Martín no le dejó, atacó a sus senos de nuevo. -Martín, no seas melón y vayamos a otro sitio. -Le ordenaba ella. -Si si, pero nos quedaremos aquí fuera. -Obedecía él. -Pero un momento, espera. -Volvía a desobedecer Martín. Busco sus labios y empezó a besarla intensamente, sujetándola de la cintura, Nadia le abrazaba fuertemente. -Besas fatal. -le decía ella sonriendo entre besos. Martín la fue soltando despacio y buscó un colchón para sacarlo a la intemperie, Nadia preparó dos gin-tonics y los dejó en la mesa, justo al lado del futuro somier que se asomaba ya por la puerta. Nadia se quitó el tanga y apoyó las manos en el tronco de la higuera, pronunció fuertemente su nombre, se dio la vuelta y agachó medio cuerpo marcando la posición preferida de él, quién no dudó en avanzar rápidamente hacia ella, olvidándose del colchón y este dirigiéndose irremediablemente contra el suelo. Él quería introducirle la dureza de su punta mientras se apoyaba en su voluminoso culo; Le mandó separarse las nalgas, lo hizo, a la vez que exhalaba de placer, estaba dentro de ella, hacía una semana exacta que no practicaban ese juego y Nadia procedió a darle su merecido castigo: contraía fuertemente todos sus músculos vaginales cuando él introducía su pene, adueñándoselo, incautándoselo, luego lo expulsaba con actitud violenta, él apenas podía bombearle. Parecía que mandase Martín, pero no era así. -No, no me hagas esto, no me quiero ir todavía, sabes que me encanta. -Suplicaba Martín. ...