1. Escapando hacia el deseo


    Fecha: 15/04/2019, Categorías: Erotismo y Amor Control Mental, Autor: DolceCaroline_, Fuente: CuentoRelatos

    ... Nadia no contesto, intentó levantarse de su pornográfica posición pero Martín no quiso, ella quería copular tumbada, aunque esa noche su comodidad iba a tener que esperar un poco más. Continuaban proporcionándose fricción, el placer de ambos era indescriptible. Martín se perdía dentro de Nadia estableciendo un ritmo constante, sus cuerpos estaban en sintonía, las ramas también se movían, Nadia depositó toda su fuerza en el árbol para mantenerse. Finalmente él paró y Nadia no le quería dar la razón, así que empezó a emular el twerking, a la vez que observaba la erección entrando y saliendo, se sentía su dueña, le pertenecía. Nadia salió de él y le señaló el colchón, Martín fue a colocarlo al lado de las copas. Tomo un sorbo y se tiró a la piscina, Nadia seguía bebiendo, pues estaba muy seca. Martín le ordenó que le acompañara, Nadia se quitó los tacones y se sentó en la escalera con su copa y apoyó los pies en el primer peldaño. Él acudió hacia ella y le abrió las piernas para empezar a succionarle todo su flujo vaginal, lo saboreaba muy despacio, ella buscaba en su interior algo de calma y autocontrol, pero se sentía impotente, no había nada que pudiese hacer, únicamente agarrarse a la escalera, saborear la ginebra, disfrutar y morir de placer. Quería besarle pero era imposible dada esa posición, sin dudarlo se tiró dentro con él. Su pelo liso perfecto y sus joyas quedaron mojadas, pero en ese momento le daba exactamente igual, Martín le abrazaba, le besaba y le paseaba por ...
    ... toda la piscina. -Dime una cosa, ¿Has pensado en mí? -Le dijo de repente Nadia. -Preciosa, claro que sí, me he acordado mucho de ti, muchísimo, pero no te me vengas arriba, todavía te queda mucho para conquistarme. -Decía él en tono altivo. -¿Conquistarte? Mira, una cosa te voy a decir, si tú pasas, yo uvas. Aquí nos conquistamos los dos, que sea la última vez que no sé nada de ti en siete días, ¿Entendido? -Le explicaba mientras masturbaba su miembro, ajeno a la presión del agua y endurecido. -Totalmente. Brillaba su estado de embriaguez, aunque la poca cordura de Martín sabía que era el momento de llevar a cabo su plan, dejó que Nadia se diera un último baño y entró al chalet a por dos toallas, más ginebra, lubricante y el consolador anal. Rellenó las dos copas y secó a Nadia, ella lo tumbó bruscamente y se sentó encima de él a modo de cuclillas, con la copa en la mano. Le cabalgaba, paraba y bebía, le volvía a cabalgar, estaba muy excitada, escuchó como él abría el envoltorio de plástico que cubría el lubricante y empezó a restregárselo mientras dibujaba círculos en su orificio anal. Nadia dejó la copa y empezó a saltar encima de él cada vez más rápido, el pene respondía a su dilatación y el consolador anal había empezado a atravesarla, la falta de costumbre intensificaba su agitación, esa nueva sensación la tenía fuera de sí, vibraba toda ella, le temblaba todo el cuerpo y le encantaba, estaba empapada de fluidos varios, el pene rozaba fuertemente las paredes de su sexo, ...