1. Novia, tía y madre. Todas para mí (Parte 2)


    Fecha: 15/04/2019, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... lamiendo, chupando y cuando la calentura me urge no puedo contener el deseo de morder, abarcar más de lo que puede mi boca. Bese y lamí en el cuello - Cuidado no me dejes marcada. Seguí recorriendo el pecho besando cada centímetro. Cuando intenté hacerlo en la boca, cerró los labios, supuse que el vínculo puso ese límite, seguí recorriendo hasta sumergirme en los pechos y dejarme caer al abismo de su vientre, rodar entre sus piernas y sumergir mis dedos en las húmedas aguas de su sexo. Un dedo, dos, tres fueron los que hurgaron en sus carnes, los gemidos silenciosos se contienen mordiéndose los labios. Cuando mi boca se acopló con la suya, y mi lengua comenzó a paletear dentro de la conchita los gemidos comenzaron a tomar entidad y dimensión, tanto que tuve que actuar tapando su boca con mi mano para silenciar los placenteros gemidos, ahogar los jadeos, sofrenar sus agitados movimientos. Todo fue inútil, las sacudidas descontroladas del calentón de Anna, sacaron a la tía Enry de los brazos de Morfeo, despierta a medias, giró el cuerpo, apoyó la cabeza en su mano, quedó quietecita viendo como el “sobrino” estaba mamándole la concha a la mamá de la novia. No hubo sorpresa, como si fuera parte de un guión de la sexualidad familiar, sonreía complaciente y comprensiva cuando le tomó la mano a su hermana. – Sientes que bien sabe mamar la conchita? - Si, lo hace de maravilla. Luego como sigue… - Viste lo gruesa que la tiene? Y cómo te la hace sentir. El orgasmo no se demoró ...
    ... demasiado, el calentón que tenía enredado desde hacía horas se desenredó con esta lamida de concha y los dedos buscando ese esquivo punt G, pero igualmente el orgasmo subió por su cuerpo hasta ahogarse en ese gemido estrangulado por mi mano. Vine gateando sobre Anna, llegando con el preciado trofeo: “cosota gorda” ofrecida a domicilio, puesta en la boca. La rodeó con las dos manos, descubriendo la cabezota y lamiendo el “juguito” que emerge por efecto de la calentura, siguió chupando y mamando mientras me masturba. Gateando sobre ella, voy hasta ponerme de rodillas entre sus piernas, elevadas, una mano en cada muslo abren el panorama, hacen espacio para hendir mi poronga en su vagina, la cabezota juega entre los labios, cuando entra éstos le dan la bienvenida apretándole para que sienta como deben abrirse para dejarme entrar. En dos golpes estoy en el fondo de su sexo, elevo más sus piernas, ahora estoy volcado sobre el cuerpo de Anna, empujando con ardor y pasión, la tía se asoma para ver como la estoy penetrando, la toma de la mano acompañando en este delicioso trance pasional. La cogida adquiere ribetes épicos, nos movemos con ímpetu, sus manos se agarrotan, apretando las ropas de cama, crispadas para no aullar la lujuria incontenible cuando el orgasmo producido por un hombre termina con la pertinaz abstinencia de pija. El gemido salió estrangulado para no despertar a la hija, los empujones que siguieron fue la forma de sostener ese estado de mágica excitación y prolongar las ...
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