1. Casi una hija. Solo por atrás


    Fecha: 15/04/2019, Categorías: Incesto Anal Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... convivencia de ella. Amalia comentó, sin dramatismos, pero con el dolor de sentirse “corneada”, cómo es su vida, el desamor, la infidelidad y todo eso que estaba minando la relación, exhibía una faceta nada superficial, claros conceptos y muchas ganas de “buscar un pecho fraterno” para asilo a sus carencias y contención afectiva. La forma, los modos y la gestualidad de esta exultante muchacha excedía el marco de la relación familiar, en algún momento me permitía entrar en el mundo de la fantasía mientras escuchaba sus cuitas y pensaba en lo bueno que debe ser en la cama, pero luego, la realidad me volvía a poner los pies sobre la tierra, esa imagen mental se trastorna en la realidad, su confidencia de indefensión y necesidad de afecto va esmerilando todas mis prevenciones, derriba las restricciones y condicionantes morales, el deseo asciende por el ascensor y la moral se quedó en el primer descanso de la escalera, todo se sucede, rápido y furioso, las llamas internas se ponen al máximo, la pasión consumió a la razón… Un placer visual de hermosas formas; rostro tierno hecho para la caricia, ojos que miran con toda la ternura del alma; boca ávida, labios donde florece el trémulo clavel del beso; pechos, fruta madura que induce a la rapiña; vientre plano y talle estrecho donde inicia el paisaje de glúteos que invita al pellizco atrevido; piernas largas, perfectas que sostienen esta Venus todo músculo y fibra, carne joven plena y vital: Sensualidad en movimiento. Tan indefensa ...
    ... me motiva a levantarme, tomarla de los hombros desde atrás, se dejó, mansa, recostada contra mí pecho fraterno, como pollito mojado buscando el ala protectora. Estuvimos así un buen tiempo, cada segundo se hacía interminable, ninguno de los dos decía palabra para no despertar de ese momento Giró, rostros próximos, mi boca apuntando a la suya... en el último instante ella desvió la suya, beso inevitable sobre la comisura de sus labios. Quedamos mirándonos, indecisión y temor, sin palabras, silencio cargado de intención no asumida, temiendo avanzar en el proceloso sendero del deseo. Nos gustamos, nos deseamos, nos asustamos. Evitarnos era el objetivo, temía encontrarla a solas y no poder comportarme a la altura de la relación familiar, resistía admitir el sentimiento subyacente desde siempre, cerrar los ojos no borra la realidad, negué aceptar el creciente sentimiento de afecto nuevo. No puede evitarla todo el tiempo, encuentro a solas, ambiente cargado de tensión, nos miramos buscando respuestas, los brazos suplen las palabras, respiración agitada y latir de corazones al diálogo, labios que tocan, piquito breve, cargado de sentimiento. Nos soltamos, separamos sin volver el rostro, silencio cómplice. Aún siento en mi mano el calor ausente de la suya. Corrió mucha agua bajo el puente, nos topamos otra vez, cruzamos en la estrechez de la cocina, cuerpo contra cuerpo, pegado a su espalda. Tomé de los hombros, tembló al sentirse apretada contra mi pecho, acurrucada buscando afecto, ...