1. Ricas, ricas vacaciones


    Fecha: 15/04/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... como el de un bebé. Mi lengua se deslizó por la parte interior de sus piernas, acercándose cada vez más al lugar mágico. Mientras tanto, mis manos acariciaban sus piernas, su vientre y sus tetas. Atraje el culo de Sonia hasta mantenerlo al borde de la mesa, e inserté mi lengua entre sus piernas, comenzando a lamer los labios de su coñito, con movimientos de abajo a arriba, terminando en la zona del clítoris. De vez en cuando, trataba de separar los labios para poder introducir mi lengua en su interior, o le daba besitos, unas veces suaves y otras más fuerte. Su olor, su sabor y las reacciones que provocaba en ella me excitaban cada vez más. Cuando Sonia estuvo lo suficientemente caliente, y su clítoris lo suficientemente duro, lo sujeté entre mis labios, como tratando de succionarlo, y jugueteé con él rozándolo con mi lengua. Mis manos, en ningún momento, habían parado de acariciar los muslos, el vientre y los pechos de Sonia. Sus gemidos aumentaron: "¡por favor, no pares, sigue chupando, ahhhhhhhhhhhh!. Mi pene se encontraba en ese momento absolutamente empalmado. No me explico cómo pudo suceder, pero alguien se había colado en el garaje a mi espalda sin que yo me diese cuenta. Noté cómo alguien me bajaba el bañador, e inmediatamente después, una lengua comenzó a juguetear con mi pene. Abandonando por un momento a Sonia, bajé la mirada. Los labios y lengua de Lorena, arrodillada bajo la mesa ante mí se recreaban con mi nabo. Yo sentía el mayor placer que se pueda ...
    ... imaginar. Algunas veces, su lengua subía y bajaba como si estuviera tomando un apetitoso helado. Otras veces lo besaba, especialmente la punta. Terminó introduciéndolo en su boca, chupándolo y succionando con frenesí. Animado por la mamada de Lorena, decidí concentrarme en seguir trabajándome el chochito de Sonia, que comenzó a gritar de placer. Estaba completamente a mi merced y yo regulaba sus sensaciones. No la dejé llegar al orgasmo hasta después de un rato. Cuando levantaba la pelvis en estremecimientos de placer, yo la seguía, me movía con ella, mantenía mi boca en su clítoris. Jugaba, aumentando y disminuyendo el ritmo a mi voluntad. Deslizaba dos de mis dedos suavemente por su raja. Presionaba la lengua contra el clítoris, cubriéndolo con mis labios. Cuando finalmente llegó al éxtasis yo ya estaba casi a punto de llegar al orgasmo. Aún gritaba Sonia cuando Lorena introdujo casi todo mi pene en su boca. Ya no pude aguantar más y allí mismo me corrí. Mi leche desbordaba su boca. Al levantarse pude ver cómo un pequeño hilillo de semen le asomaba por la comisura de los labios. Antes de perder mi erección, subiéndome a un banco, me dispuse a introducir mi polla en el coño de Sonia, aún palpitante. Aunque al principio hallé un poco de resistencia, finalmente se introdujo sin problemas. Estaba perfectamente lubricada. Mientras penetraba a Sonia por primera vez, pude comprobar que Lorena se sentó en una silla a un lado de donde estábamos Sonia y yo. Abriendo las piernas, una de sus ...
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