Ricas, ricas vacaciones
Fecha: 15/04/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... belleza de su pecho, algo que ya había intuido y que ahora se confirmaba. Sus pechos no tenían el tamaño de los de Julia o Sonia, pero poseían una gracia en sus formas un garbo en su movimiento que los hacían al menos tan deseables como los de sus amigas. Así pues, el viaje se iba poniendo de cara en lo que respectaba a los progresos en la relación con nuestras compañeras de veraneo. Nos dirigimos a un chiringuito de playa para comer la inevitable paella, y después regresamos a la playa donde permanecimos hasta bien entrada la tarde. Al regresar a casa disfrutamos un rato del jardín y la piscina, en la que estuvimos jugando al tu la llevas. Con la excusa del juego me pegué un homenaje a costa de las chicas, con las que me magreé a base de bien durante todo el juego. Los contactos "casuales" con las tetas de Sonia y Julia y con el culito de Lorena fueron encendiéndome hasta provocar el endurecimiento de mi polla, que ya estaba anhelando mayor recompensa que unas simples caricias ocasionales. Ya empezaba a cerrarse el día cuando dejamos la piscina para ducharnos y arreglarnos para salir. Era sábado, y la intención era salir a cenar y a tomar unas copillas. Obviamente, para cuando las chicas comenzaron a desfilar, Carlos, Fernando y yo estábamos sentados en el porche dando cuenta ya de la segunda cerveza. Las primeras en bajar fueron Julia y Lorena, y era difícil saber cuál de ellas lucía más espléndida. Lorena brillaba con una camiseta de gasa semitransparente de color ...
... marrón. La caída de la tela permitía disfrutar de la visión casi evidente de sus pechos y de la sensual marca de sus duros pezones sobre la tela. La falda caía hasta las rodillas, y unas sandalias marrones de tacón alto estilizaban sus bonitas piernas. Casi dolían los ojos de mirarla, tan guapa como estaba. Carlos dio un respingo al verla, y no pudo reprimir un silbido de admiración. Julia, por su parte, bajó provocando al personal con una cortísima falda blanca de algodón que transparentaba sus braguitas blancas y que apenas conseguía ocultar su apetecible culo. Cubría su pecho una camisa cortita sin mangas que sólo abrochaba un par de botones adherida a su pecho como una segunda piel, transparentando sus grandes pezones oscuros y obsequiando a la concurrencia con una generosísima perspectiva de sus hinchados pechos. Hubiese puesto cachondo al mismísimo Papa. El escote dejaba también al descubierto una bonita panorámica de su vientre, su ombligo y la sensual curva de los huesos de su cadera. Finalmente se presentó Sonia, también guapísima con su negra melena recogida en un moño, llenando con su exuberante cuerpo un escotadísimo vestido blanco. La cena transcurrió distendida y animada. El escotazo que lucía Julia, sentada frente a mí me había mantenido enfrascado la mayor parte de la velada con el sensual sube y baja de sus senos al ritmo de su respiración. Un par de veces logré vislumbrar incluso sus pezones, tal era la generosidad del hueco que se formaba entre la camisa y el ...