Mi hija, jugando a ser prostituta - Relatos Eróticos

Mi hija, jugando a ser prostituta

... una propina por ser una puta muy obediente. Una vez que se fueron salí del placard y así sin limpiarse me chupo la pija y cogimos duro recordando tan alocada experiencia. Al otro día nos despertamos con la llamada de su abuela que nos invitaba a almorzar, al llegar estaba su abuelo su mamá y el novio quienes la saludaron sin sospechar que horas antes esa boca estaba recibiendo su leche caliente, pero minutos después se sumó al almuerzo el amigo del novio de su mamá quién al verla se dio cuenta de quién era, estaba muy nervioso por lo que tanto mi hijita y yo le guiñamos el ojo para que sepa que estaba todo bien y luego lo invitamos a que pase a visitarnos cuando quiera.