1. Miriam me entrega la cola


    Fecha: 17/04/2019, Categorías: Anal Sexo con Maduras Sexo Duro Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... vaginales, sintiendo el temblor de su cuerpo y sus leves suspiros.Podía sentir cómo la humedad aumentaba, a pesar que ella quería ser sodomizada…Sin darle aviso, hundí mi verga palpitante hasta el fondo de su vagina. Miriam saltó hacia adelante y me recordó que la quería por el culo. Le respondí que solamente quería lubricar un poco mi verga con sus fluidos…Ella rió, pidiéndome que ya no la hiciera desear más. Nobleza obliga, pensé para mis adentros y entonces la saqué chorreando.Miriam comenzó a hacer pequeños movimientos con sus caderas invitándome a penetrarla. La aferré para dejarla quieta, mientras buscaba su apretada entrada con la punta de mi pija.Sentí su cuerpo estremecerse cuando se la metí por el orto hasta casi la mitad. Gimió suavemente y me suplicó que siguiera adelante y que no le tuviera misericordia...Con otro empujón de caderas se la metí por completo y ella aulló, pareciendo sorprendida…“Está más grande que de costumbre…” Susurró entre jadeos.Yo sonreí, comenzando a bombearle el culo despacio; tal como ella me lo había pedido. La embestía suavemente, entrando hasta el fondo de ese estrecho ano.Sus suaves caderas se movían a mi ritmo, amortiguando mis embestidas; podía sentir su cavidad anal contrayéndose y dilatándose alrededor de mi dura pija.A pesar de mi cansancio, yo sentía que no podía ...
    ... acabar…Sin embargo, después de diez minutos de taladrarle ese hermoso culo a Miriam, ese cosquilleo inconfundible por fin se hizo sentir.De repente tuve un estertor y me aferré a las suaves caderas de esa hembra. Entonces me vacié en ella; en ese hermoso culo que me había ofrecido generosamente.En ese mismo instante, ella también experimentó una intensa oleada de placer y entonces supe que su orgasmo era inminente.Sus ligeros quejidos se convirtieron en agudos gritos, mientras algunos chorros de fluido blanquecino salían sin control desde su vagina, mojando las sábanas e impregnando el aire de un aroma inconfundible a hembra salvaje.Esa hembra había acabado con mi verga enterrada en su culo…“Hacía rato que no me cogías la cola así, tan salvaje…”Susurró, con apenas un poco de aliento, antes de caer rendida hacia adelante sobre las sábanas manchadas…Yo sonreí satisfecho, mirando mi verga ahora desinflada; enrojecida por el esfuerzo y muy agradecida por tanta acción…Le di un par de palmadas suaves en esa hermosa cola y le dije que debía irme a casa, antes de que Anita comenzara a llamarme, preocupada por mi demora en llegar.Miriam sonrió y me miró de costado, diciendo con ironía:“No seas tan ingenuo… Sería mejor que te quedaras otro rato conmigo; así le das tiempo a tu mujercita para que cambie las sábanas de tu cama…” 
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