1. Deliciosamente erótico (III)


    Fecha: 19/04/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Retomo el relato después de muchas -demasiadas, diría yo- sesiones sin cosas nuevas que rescatar, pero lo que sucedió esta tarde sí vale la pena incluir en el relato. Aunque parezca algo irrelevante, les comentaré que soy una persona bastante difícil de complacer en algunas cosas como la limpieza lograda en el lavado de la ropa interior, por lo que para tenerlas como a mí me gustan, tengo que lavarlas yo mismo -me gusta que brillen de limpieza. Por flojera me quedé sin ropa interior limpia y todas las lavé este mediodía, así que cuando fui esta tarde a la sesión de masajes a mi suegra, tuve que ir sin calzoncillos y sólo un short de tela suave que roza la punta de mi pene y como ya se imaginan me mantiene en una constante erección. Me encontraba ante mi PC trabajando como de costumbre cuando sonó el teléfono; era mi pequeño hijo solicitando una sesión de masajes para mi suegra -no estaba prevista para hoy ninguna sesión de masajes-, el dolor la agobiaba y no quedó alternativa. Apagué la máquina y me dirigí a su casa, en menos de dos minutos ya estaba en el lugar, pues apenas nos separan dos cuadras de distancia -mi esposa es una mujer muy apegada a mi suegra. Al llegar, ya me esperaba echada en la cama, la espalda desnuda y el lubricante en una de sus manos; o de verdad le dolía mucho o mi suegra se ha convertido en una calentorra, lo que sea es también para mi beneficio, así que manos a la obra -me dije para sí. Apoyé mi rodilla derecha en el borde de la cama y comencé a ...
    ... esparcir el lubricante sobre la espalda; en ese momento me di cuenta que se adicionaba un nuevo elemento a las sesiones de masaje, la fricción de mi pene al rozar con la tela del short ocasionaba una inmediata reacción de mi órgano, la picha se paró enseguida y lo primero que hice fue mirar alrededor para asegurarme que los chicos no estuvieran cerca y se percataran de mi estado, por suerte los chicos se dedicaron a sus juegos y nos dejaron solos a mi suegra y a mí. Comencé a friccionar la espalda para distender la musculatura lo más rápido que pude, y con la confianza adquirida fui directamente a por uno de los -ya tantas veces mencionados- senos de mi suegra, me apoderé del izquierdo con mi mano izquierda y comencé a masajear los trapecios, apretaba descaradamente sin un sólo comentario de mi querida suegra -quizás la excitación me hacía actuar más atrevidamente-, mi falo estaba tan duro que tuve incontenibles deseos de mostrárselo a la suegra y sin pensarlo dos veces me levanté con la picha erguida como un mástil en espera del estandarte, me puse delante de ella sin descuidarme de los masajes y ahora ella no podía hacerse la desentendida de la situación, por debajo de la tela del short mi verga apuntaba directamente hacia su nariz, desafiante, soberbio, todo un rollo de carne maciza ante sus desorbitados ojos. Su rostro mostraba perplejidad absoluta, sus ojos se abrieron en toda su capacidad y los labios se desplegaron con la intención de hacer algún comentario, cuando en ese ...
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