1. MI PRIMERA VEZ CON UNA VIRGEN


    Fecha: 20/04/2019, Categorías: Infidelidad Autor: misterchuy1, Fuente: SexoSinTabues

    ... que abordar el único disponible; yo me fui hasta el fondo del bus, que era del tipo escolar, seguido por ella, hasta quedar en la puerta de salida de emergencia. El autobús se llenó de tal manera que íbamos como sardinas en lata, y, desde antes que el bus avanzara, ella se colocó de espaldas a mí, con sus nalguitas pegadas a mi verga, que inmediatamente se paró, en ese momento, decidí llegar al final ahí mismo, sin importarme las consecuencias. Ella vestía una minifalda, que la hacía ver espectacular y ya desde el baile, pude admirar (como casi todos), sus hermosos atributos, pues su belleza había madurado, convirtiéndose en una verdadera mujer, deseable y… deseosa; y, aunque en el baile tenía puesto un pantaloncito de lycra, que se le veía con cada vuelta de baile, al restregar su traserito contra mi pene erecto, note que ya no lo traía, pues sentí mi pene entrar, a través de su faldita, en medio de la zanjita de sus preciosas nalgas. Tomó mis manos y las puso alrededor de su brevísima cintura, paso sus manitas por atrás y empezó a sobarme la verga, me bajó la cremallera y la sacó para acariciarla y sobarla dulcemente mientras yo le alzaba su faldita y le sobaba sus firmes y deliciosas nalguitas mientras le decía: - Chiquilla traviesa, ya basta de provocarme sin recibir lo que mereces, ahora vas a sentir a un hombre dentro de ti. Ella me contestó, gimiendo de pasión: - ¡Si mi rey, hace mucho tiempo que lo deseo! Yo sabía que teníamos por lo menos media hora de camino, y que ...
    ... no había riesgo de que alguien lo notara, pues íbamos muy apretados unos contra otros y el ruido que hacían todos con sus charlas y risas, además del ruido que hacía el autobús, que era bastante viejo y deteriorado, hicieron que nuestras palabras y gemidos no fueran notados. Al empezar a sobarle su culito, noté que solo traía una brevísima tanga de hilo dental, y le quité sus manitas de mi falo, para acomodarlo entre los deliciosos cachetitos de sus nalgas, mientras bajaba mi otra mano para meterla dentro de su tanguita y empezar en su puchita una deliciosa masturbación, que la hizo mover su traserito con mayor vehemencia, empujándolo hacia mí ya durísima verga, que pasaba por su canalito de arriba hacia abajo, mojándolo y lubricándolo con mis líquidos previos a la venida. Con mi mano libre hice a un lado su tanga, para poder metérsela, pero ella se la bajó con sus propias manos; yo, como pude, me agaché para sacársela totalmente, y al quedar mi cara entre sus nalguitas, no pude evitar lamerlas y mordisquearlas, con mis manos le abrí sus cachetitos y le besé su orificio anal, que instintivamente se contrajo. Ella se inclino ligeramente hacia el frente, y abriendo sus piernitas, me permitió el poder besar, chupar y lamer su delicioso coñito, que se encontraba totalmente empapado de sus jugos vaginales; yo saboreaba esa deliciosa puchita, que por vez primera explotaba en un orgasmo que la hizo derramar sus juguitos, que yo bebí con verdadero deleite. Me volví a poner de pie, y ...
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